Traducción del artículo publicado por Ashley Sadler en LIFE SITE NEWS.
COFUNDADOR DE Greenpeace DICE QUE LOS IZQUIERDISTAS ‘SEUESTRARON’ EL GRUPO PARA TRABAJAR CON LOS GLOBALISTAS POR EL ‘PODER Y CONTROL’
El cofundador Greenpeace Patrick Moore dijo que la histeria climática izquierdista es solo una teoría apocalíptica moderna diseñada para conseguir ‘poder y control político’.
(LifeSiteNews) — Uno de los cofundadores de Greenpeace ha dicho que dejó la organización después que fue «secuestrada» por activistas políticos de izquierda, acusando al movimiento ambientalista por impulsar el «miedo y la culpa» para conseguir «poder y control», de acuerdo a una entrevista publicada por The Epoch Times.
Patrick Moore, que ayudó a cofundar Greenpeace en 1971 y desde entonces se ha unido a 1.100 científicos y profesionales en firmar la Declaración Climática Mundial (WCD) afirmando que no hay ninguna «emergencia climática», dijo que dejó la organización global 15 años después que «activistas políticos izquierdistas en Norteamérica y Europa cambiaran a Greenpeace de una organización basada en la ciencia a una organización política para recoger fondos».
De acuerdo a Moore, el ambientalismo se ha transformado «más en un movimiento político que en un movimiento ambiental», uno que está «enfocado primariamente en crear narrativas y relatos, que son diseñados para instilar miedo y culpa en el público tanto que el público les enviará dinero».
Moore, un importante académico y ecologista que recibió su doctorado en Ecología de la Universidad de Columbia Británica en 1974 y un doctorado honorario de Ciencia en la Universidad Estatal de Carolina del Norte en 2005, explicó que los activistas dentro del movimiento ambientalista trabajan en equipo con las agencias globalistas como las Naciones Unidas y el Foro Económico Mundial para promver la agenda de la «crisis climática».
Arremetiendo al Pánel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que advirtió en su informe de 2022 que el mundo sufrirá un desastre ambiental en las próximas dos décadas a menos que las emisiones de carbono sean drásticamente recortadas, Moore arguyó que el pánel «no es una organización de ciencia» sino una política.
«El IPCC contrata científicos para proveerlos de ‘información’ que apoye la narrativa de la ‘emergencia climática’», dijo. «Sus campañas contra los combustibles fósiles, la energía nuclear, el CO₂, el plástico, etc., son descarriadas y diseñadas para hacer que la gente piense que el mundo llegará a su final a menos que lisiemos nuestra civilización y destruyamos nuestra economía. Ellos son una influencia negativa en el futuro tanto del ambiente como de la civilización humana».
De acuerdo a Moore, las políticas ambientales promovidas por la izquierda son tanto «destructivas a la civilización» como «técnicamente no factibles».
Moore también destacó el énfasis decididamente antihumano que ha definido la moderna ideología climática izquierdista y su narrativa adjunta de la sobrepoblación, un tema notado por otros críticos, incluyendo el autor de 12 Reglas para la Vida Jordan Peterson.
«Muchos [autodenominados] líderes ‘ambientales’ estaban ahora diciendo que ‘los humanos son los enemigos de la Tierra, los enemigos de la Naturaleza’», dijo Moore, señalando que «gente que decía esto estaba siendo voluntarizada para ser los primeros en salir. Ellos se comportan como si fueran superiores a los demás. Este tipo de ‘orgullo’ y ‘vanagloria’ es el peor de los pecados capitales».
De acuerdo con Moore, la histeria climática izquierdista es solo una teoría apocalíptica moderna diseñada para conseguir «poder y control político».
«Los aztecas arrojaban vírgenes a los volcanes, y los europeos y estadounidenses quemaban mujeres como brujas durante 200 años afirmando que esto ‘salvaría al mundo’ de las personas malas. Esto ha sido [referido como] ‘mentalidad de rebaño’, ‘pensamiento de grupo’, y ‘comportamiento de secta’. Los humanos son animales sociales con una jerarquía, y esta es la forma más fácil para conseguir una alta posición usando el miedo y el control», dijo.
Moore señaló varias planchas de la política ambiental izquierdista, argumentando que envilecer el CO₂ es «completamente ridículo» y que la energía eólica y solar, en la cual los estados izquierdistas como California crecientemente confían, son «muy costosas y muy poco confiables» y sirven como «parásitos en la economía más grande».
«Es casi como una enfermedad mental que a tantas personas les hayan lavado el cerebro para pensar que naciones enteras pueden ser apoyadas por semejantes tecnologías», dijo.
«Hoy, en los países más ricos, nuestros descendientes están tomando decisiones que nuestros nietos tendrán que pagar», continuó Moore. «Se han estado haciendo predicciones que el mundo se va a acabar durante miles de años. Ni una sola vez se han hecho realidad. ¿Por qué deberíamos creerlas ahora?».
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