Traducción del artículo publicado en KATHOLISCHES (Austria).
El Vaticano planea implementar un plan de vacunación a comienzos de 2021. ¿Francisco Bergoglio también se vacunará?
(Roma) Actualmente, el Vaticano está preparando un plan de vacunación contra el SARS-CoV-2. En los primeros meses del próximo año, los empleados y residentes del Estado Vaticano serán capaces de ser vacunados contra el coronavirus, incluyendo Francisco Bergoglio. Ya se llegó al acuerdo respectivo con una compañía farmacéutica. ¿Francisco Bergoglio, que ha apoyado las coronamedidas gubernamentales, también será un “modelo” para la vacunación?
La vacuna del Covid-19 fue “reservada” para el Papa Francisco Bergoglio y los residentes y empleados de los Estados Papales a la compañía farmacéutica Pfizer. La administración del Estado de la Ciudad del Vaticano publicó una solicitud a todos los interesados para que se vacunen. No era solo proteger “la salud propia”, sino también “la de los demás”, dijo el Gobernatorado.
El nuevo Director de Sanidad e Higiene del Estado Vaticano, Andrea Arcangeli, dijo que “solo a través de la inmunización general de la población se podrán lograr verdaderos beneficios a la salud pública”. Por tanto, ve como su labor ofrecer a todos los residentes, empleados y sus familias “la oportunidad” de ser vacunados contra esta “temida enfermedad”.
El Vaticano tiene alrededor de 3.000 empleados y 800 residentes. Arcangeli confirmó que se reservaron con Pfizer las dosis necesarias para la vacuna. Según el director de sanidad del Vaticano, esta es la primera vacuna que tiene una efectividad “de 95 por cien”. Y es la única vacuna que actualmente está siendo aprobada por las autoridades relevantes europeas y estadounidenses. Otras vacunas serán introducidas más tarde, luego de probarse su efectividad y seguridad.
Pero ¿qué significa una efectividad del 95 por cien si el 0,04 por cien de la población en Austria está actualmente hospitalizada en el pico de la segunda oleada del corona (en el momento no hay cifras comparables para la República Federal de Alemania y Suiza, pero basados en experiencia previa deberían estar en los mismos niveles de magnitud). Este 0,04 por cien cabe 125 veces en el cinco por cien faltante de la efectividad que muestran Pfizer, BioNTech y Moderna. Así que, ¿cuál es la verdadera relevancia de la vacuna, más allá de la autopromoción basada en intereses? ¿Vacunar a personas sanas mientras no se protege a los que están en riesgo? Solamente los efectos colaterales conocidos (mujeres en embarazo, mujeres que quieren tener hijos, personas que sufren alergias) afectan a un grupo de población mucho mayor que el 0,04 por cien actualmente amenazado por el coronavirus. Aparte del hecho que, debido a la falta de estudios, no se conocen realmente los efectos colaterales y los efectos consecuenciales, puesto que para la vacuna del corona se suspendieron los criterios estrictos de aprobación, aunque –según Bill Gates, muchos gobiernos y sus expertos pagados– debería ser vacunada la generalidad de la población.
Arcangeli subraya que “actualmente” los menores no serán vacunados en el Vaticano porque “no hay estudios” en este grupo etario. En lo concerniente a los que sufren alergias, se recomienda un examen médico antes de cualquier forma de vacunación, dijo Arcangeli. En su declaración, el director de sanidad reiteró directrices generales que han sido representadas también por otros gobiernos de Europa. Con todo, no se sabe de dónde vienen esas especificaciones uniformes.
Recientemente, la compañía estadounidense Pfizer, su homóloga alemana BioNTech y la compañía farmacéutica Moderna anunciaron que su vacuna tenía una efectividad de 95 y 94,5 por cien contra el Covid-19, respectivamente. Las compañías están esperando la aprobación de la vacuna por la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos. Si hay la aprobación en esta instancia, se espera también una aprobación de la Unión Europea, aunque no se garantizaron los requisitos acostumbrados para la aprobación.
La Asociación de Médicos Católicos también tomó posición sobre las vacunas de las mencionadas compañías farmacéuticas. A mediados de noviembre, grupos defensores del derecho a la vida expresaron su preocupación sobre el posible uso de células de bebés abortados para fabricar la vacuna. La asociación médica no confirmó la afirmación. Aunque es cierto que tales células se usaron en la fase de pruebas con animales, ese no fue el caso para la fabricación de la vacuna desarrollada.
Las preocupaciones del movimiento pro-vida se dispararon por otra compañía farmacéutica, AstraZeneca, que desarrolló en colaboración con la Universidad de Oxford una vacuna anti-Covid-19 y usó líneas celulares obtenidas de bebés abortados. Los médicos católicos expresaron la esperanza que AstraZeneca busque y encuentre otras formas para fabricar su vacuna.
Si bien no precisamente se usaron para la vacuna de Astra Zeneca células MRC-5 provenientes de un pulmón de un feto masculino caucásico de 14 semanas en 1966, sí se usaron células HEK-293, extraídas del riñón de un feto femenino en 1973 en el laboratorio de Alex Jan van der Eb en Leiden (Holanda).
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