Por Matteo Matzuzzi para IL FOGLIO, (Italia). Traducción tomada de INFOVATICANA. Comentario propio.
La Katholische junge Gemeinde (KjG, Organización Juvenil Católica), una organización [fundada el 17 de Junio de 1970 a partir de la fusión de la Katholische Jungmännergemeinschaft
(Sociedad de Jóvenes Católicos) y la Katholische
Frauenjugendgemeinschaft (Sociedad de Jóvenes Católicas), fundadas en
1947 y 1954 respectivamente, N. del T.] que reúne a miles de jóvenes católicos alemanes, ha emitido una declaración oficial
en la que pide que se añada un asterisco después de la palabra «Dios»
[quedando como „Gott*“], para cambiar la percepción de «un viejo blanco
con barba que castiga». Es mucho mejor tratar, en cambio, con «un Dios
de la diversidad». En resumen, también en este caso se trata de una
cuestión de género. En el gran batiburrillo de reivindicaciones
parasinodales que desde hace dos años sacude a la Iglesia alemana, entre
las que se encuentran las peticiones de abolir el celibato sacerdotal,
de discutir la figura del sacerdote, de razonar sobre el papel de la
mujer y sobre el omnipresente «poder eclesiástico», ahora son los
jóvenes, dinámicos y reactivos, los que hacen oír su voz. «Cada vez son
más los fieles que se desaniman ante la imagen de un Dios masculino,
patriarcal y blanco, y lo dicen claramente», explican. No en vano, «Dios
también puede ser una amiga, una compañera o un amor», afirma Rebekka
Biesenbach, asistente espiritual del grupo católico:
«Todas ellas son dimensiones que la imagen de Dios como Padre no cubre».
Los obispos alemanes por ahora no han acogido la propuesta, aunque no
con demasiada convicción. De hecho, el portavoz de la conferencia
episcopal local, Matthias Kopp, ha dicho que «el debate teológico sobre
esta cuestión no es relevante en este momento porque estamos tratando
otros problemas que preocupan a la Iglesia en estos momentos», pero
algunos acogieron la propuesta con gran satisfacción.
El
obispo auxiliar de Osnabrück (una diócesis especialmente querida por
los innovadores, si es cierto que el obispo Franz-Josef Bode pidió a
Roma que autorizara la bendición de las parejas homosexuales en la
iglesia), monseñor Johannes Wübbe, que también es responsable de las
políticas juveniles en el episcopado alemán, ha declarado al
Weser-Kurier que «es positivo que los jóvenes cristianos quieran
discutir sobre la imagen de Dios». Al fin y al cabo, señalaba, «los
jóvenes no pueden imaginarse a Dios como un anciano con una larga barba
blanca». ¿Y qué hay del Padre Nuestro que está en los cielos? «Dirigirse a Dios como Padre pretendía ayudar a describir la esencia de Dios. No pretendía designar el género de Dios».
El
debate sobre si añadir o no un asterisco a Dios revela lo profunda que
es la crisis de la Iglesia alemana, que parece carecer incluso de
«fundamentos». El propio cardenal Walter Kasper, al que ciertamente no
se le puede acusar de simpatías conservadoras, lleva tiempo informando
en los medios de comunicación alemanes de su preocupación por lo que
está ocurriendo: «Hay que preguntarse si es católico», dijo el pasado
mes de junio refiriéndose a las peticiones que han surgido durante el
proceso sinodal. El llamamiento de los jóvenes alemanes es también una
señal que el proceso sinodal universal inaugurado hace unas semanas en
Roma por el papa Francisco no debe subestimar. Al dar la palabra a la «base», es decir al Pueblo de Dios «infalible in credéndo»,
está claro que del debate a nivel diocesano puede salir de todo, toda
petición será considerada legítima y digna de atención, dado que todo
está abierto y admitido. De hecho, el cardenal Mario Grech Attard, secretario
general del Sínodo, ya se ha curado en salud explicando que solo más
adelante se verá si es necesario votar el documento final párrafo a
párrafo, como siempre ha ocurrido. Y esto para evitar un recuento, el
enésimo, que podría resultar dramático y mostrar una Iglesia cada vez
más parecida a un Parlamento caótico y muy humano. Después de todo, no
faltan ejemplos recientes.
COMENTARIO: La idea de la KjG recuerda (y en forma mucho peor) lo que hace 11 años establecieron los episcopalianos de Escocia
cuando eliminaron toda referencia a Dios como de género masculino sin
más fundamento que el instalar “presbíteros” y “obispos” mujeres. Claro,
siendo la KjG parte de la rebelde Iglesia Conciliar Alemana que está en
etapa terminal por causa de su modernismo.
Nos preguntamos si esta será la imagen de Dios (perdón, Dios*) que van a adoptar para sus changarros cada vez más vacíos:
O si la Trinidad para ellos sería así:
A
estos ultramodernistas que avergüenzan a sus antepasados los liberales,
les reiteramos que COMO CATÓLICOS, APOSTÓLICOS Y ROMANOS CREEMOS Y
CONFESAMOS UN SOLO DIOS EN TRES DIVINAS PERSONAS: PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
SANTO. Esa es nuestra fe y la transmitimos a nuestros conmilitones.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)