Novena dispuesta por el Rev. P. Fray
José Francisco Valdés, religioso descalzo de la provincia de San Diego
de México, publicada en México por la imprenta de Doña Maria Fernandez
Jauregui en 1804, y reimpresa por Luis Abadiano y Valdés en 1840.
NOVENARIO Y PIADOSO SUFRAGIO CARITATIVO PARA PEDIR A DIOS NUESTRO SEÑOR POR LAS BENDITAS ALMAS DE LOS SEÑORES SACERDOTES
Por la señal ✠ de la Santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Jesús mío, dulce dueño de mi alma, ¡qué corazón de piedra es el mío!, pues no se enternece al oírte desde la Cruz en que estás clavado y agonizando a la fuerza de tus Dolores, pedir a tu Padre Eterno por los que te están crucificando, y disculparlos con que no saben lo que hacen. Soy sin duda de piedra pues no me mueve tanta indecible bondad. Yo he sido, Jesús mío, quien te ha clavado en la Cruz, y mis pecados han sido los clavos que te han atravesado pies y manos, y después de todo clamas a tu Padre Eterno me perdone, porque no sabía lo que hacía. Así es, dulce Dueño mío amantísimo, no sabía lo que hacía cuándo tan ciegamente me arrojaba a ofenderte, no lo sabía, porque, aunque la luz de la fe me alumbraba, yo cerraba los ojos para no ver, y me hacía sordo a las voces de tus inspiraciones, ya lo conozco ahora, ya me arrepiento con todas las veras del corazón, pues has tenido la bondad de aguardarme, continúa tus bondades, haciendo que borre con lágrimas de contrición perfecta las manchas de mi torpe ingratitud. Eres mi Dios, y espero de tu infinita misericordia el perdón que no merezco. No merezco el perdón, pero, ¿cuándo han aguardado tus piedades que merezcamos el beneficio para hacerlo? Lo espero solo de tu piedad y misericordia. Amén.
DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Jesús mío amantísimo: Si uno de los mayores beneficios que nos has hecho ha sido el de habernos traído al seno de tu Iglesia Católica, ¿cómo no hemos de mostrarnos agradecidos a aquellas manos de que tú quisiste servirte para abrirnos la puerta por medio del santo Sacramento del Bautismo? A Ti, Señor, como autor de tanto beneficio te damos las gracias, pero al mismo tiempo te pedimos humildemente, que compadecido de aquellos ministros tuyos que después de habernos bañado a nosotros con esas aguas saludables, ellos están acrisolándose en el fuego del Purgatorio, les alivies sus penas, y que uniendo nuestras oraciones a las agonías mortales y congojas que te hicieron sudar sangre en el huerto de Getsemaní, las apliques a estas benditas almas, les des franca la puerta de la gloria. Amén.
Se rezan tres Padrenuestros, tres Ave Marías, con Gloria Patri y se dice lo siguiente:
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Amado Redentor mío Jesús: ¡Qué sabias son tus disposiciones, qué justificados tus juicios! Tú escogiste de entre los fieles hijos de tu Iglesia algunos hombres, para que vestidos del carácter sacerdotal, mantuviesen en ella el culto del verdadero Dios y administrasen a los demás los sacratísimos misterios de la Reconciliación y santificación de las almas, Tú les franqueasteis toda la autoridad que para esto necesitaban, los llenaste de los honores, prerrogativas y excelencias, pero no los exime de ir a la cárcel del terrible Purgatorio, a pagar el reato de las penas merecidas por las culpas que hubiesen cometido por la humana fragilidad. Allí los tiene detenidos tu justicia, hasta que, purificados de la escoria, puedan entrar en ese Palacio tuyo donde no se admite mancha alguna, aunque sea de la más ligera imperfección. Yo adoro tus juicios y los venero, pero fiado en que es mayor el deseo que Tú tienes de que vayan a gozarte, que el que ellos hacen de liberarse de aquella llamas, que juntando mis oraciones y súplicas a tus infinitos méritos y a los de tu Madre santísima y mía la Virgen María, te apiades de estas benditas almas de los sacerdotes, que la Sangre preciosa que derramaste en la Cruz, que las lágrimas que derramó María santísima, les sirvan de refrigerio en sus ardores, de baño con que se purifiquen, y de satisfacción a la divina justicia, para que vayan a gozar de tu eterna gloria. Amén.
Se rezan tres Ave Marías de la forma siguiente:
- Dios te salve, María santísima, Hija de Dios Padre, Virgen antes del parto. Ave María.
- Dios te salve, María santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen en el parto. Ave María.
- Dios te salve, María santísima, castísima Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen después del parto. Ave María.
ORACIÓN
Purísima Virgen María, reina de Ángeles y abogada de los hombres, con cuánta confianza debo acercarme a tu trono a implorar tu intercesión, cuando lo que te pido es que extiendas el brazo de tus misericordias piedades hacia aquellas almas afligidas, que mientras vivieron en este mundo, quisiste tú que fuesen respetadas y veneradas con sumos honores y reverencias. Aplica, Señora, parte de aquel tesoro que tienes en tus manos a las santas almas de aquellos sacerdotes, que por falta de caudal con qué pagar sus deudas están padeciendo terribles penas en la cárcel del Purgatorio. Muestra que eres Madre, apiádate de aquellos que si tuvieron la desgracia de ofender a tu Hijo santísimo, pero se arrepintieron de corazón, lloran sus pecados y se hicieron acreedores a su amistad y gracia. Acuérdate que son tus hijos y que están deseando ir a dar las gracias a Dios nuestro Señor por las misericordias que ha obrado con ellos por tu intercesión. Amén.
Se rezan 3 Padrenuestros.
ORACIÓN
Oh Dios, que quisiste elevar a tus siervos a la dignidad Episcopal o Sacerdotal, escogiéndolos y poniéndolos en el número de los Sacerdotes Apostólicos, te suplicamos el que hagas gocen también de su compañía en tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO
Por la señal…
Acto de Contrición.
ORACIÓN
Jesús mío amantísimo: Yo venero la sabia Providencia de tu amor, que para radicarnos más en la fe que recibimos en el santo Bautismo, instituiste el santo sacramento de la Confirmación, dando facultad a tus ministros para que por la imposición de sus manos añadiesen fortaleza a nuestro espíritu, para no desmayar en la confesión de las verdades católicas. El reconocimiento debido a tanto beneficio nos mueve a suplicarte te apiades de aquellas almas que, adornadas del carácter episcopal, parecen las terribles penas del fuego que las purifica. Une nuestros ruegos a las penas y Dolores que apareciste en la prisión con los golpes, empellones y violencias de aquellos ministros infernales, y en particular al dolor que te causó la traición y alevosía del discípulo que te vendió: Aplica, Señor, estos méritos tuyos aquellas afligidísimas almas esposas tuyas, y sácalas de la cárcel en que esperan pagar las reliquias de sus deudas con el tesoro inmenso de tu Sangre. Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Ave Marías, con Gloria Patri. Las demás Oraciones se dirán todos los días.
DÍA TERCERO
Por la señal…
Acto de Contrición.
ORACIÓN
Jesús mío amantísimo: ¡Qué entrañas tan de Padre son las tuyas, qué benignidad la de tu Corazón! Conociendo cuán arriesgados estamos a caer en desgracia tuya por nuestra flaqueza y miseria, pusiste en el santísimo Sacramento de la Penitencia un remedio pronto y eficaz, dando tus ministros facultad para hacer en nombre tuyo las paces y restituir a tu amistad a los que verdaderamente arrepentidos se llegasen a tu tribunal, Te damos por esto las más rendidas gracias, y te suplicamos que compadecido de las almas de aquellos sacerdotes que, habiendo desatado a otros de las prisiones del demonio, gimen hora atormentados en las prisiones del fuego del Purgatorio, les conceda salir libres a las mansiones de tu gloria. Te lo pedimos Señor, por aquellas afrentas, ignominia y desacatos que sufriste cuando presentado a los inicuos tribunales de Caifás, Herodes y Pilatos, te mofaron, te burlaron e hirieron tu Divino Rostro con una bofetada cruel, y te trataron como loco. Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Ave Marías, con Gloria Patri. Las demás Oraciones se dirán todos los días.
DÍA CUARTO
Por la señal…
Acto de Contrición.
ORACIÓN
Jesús mío dulcísimo: ¿Qué expresiones serán bastante para significar nuestro agradecimiento a la indecible fineza de habernos preparado en la mesa eucarística el precioso manjar de tu misma Carne y el riquísimo licor de tu misma Sangre para alimentarnos y regalarnos? Así es Jesús mío, tu misma Carne y tu misma Sangre comemos y bebemos, y para que la comamos y bebamos siempre que el hambre nos la pida, dejaste en tus ministros facultad para hacerte bajar del Cielo por medio de las palabras de la consagración. Se pasmarían los Ángeles cuando vieron tanta maravilla y que no se les concedía a ellos lo que los hombres disfrutamos con tanta facilidad. Seas bendito y glorificado por favor tan singular, pero acuérdate de aquellos ministros tuyos, que tuvieron el honor de traerte desde el Cielo a la tierra, no se liberaron de entrar en esa cárcel del Purgatorio a pagar la deuda que contrajeron con tu Justicia por su flaqueza. Oye nuestros clamores, y uniéndolos a la preciosa Sangre que derramaste cuando fuiste cruelmente azotado, concédeles el perdón de esa deuda. Apiádate de ellos, pues, que uno de sus mayores dolores es no acabar de salir de allí para ir a unirse contigo, verte y gozarte eternamente. Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Ave Marías, con Gloria Patri. Las demás Oraciones se dirán todos los días.
DÍA QUINTO
Por la señal…
Acto de Contrición.
ORACIÓN
Dulcísimo Jesús, ¡qué sabías, qué amantes son providencias! Conociendo la necesidad que tienen tus fieles a la hora de la muerte, de los auxilios poderosos de la gracia para resistir a los terribles combates del demonio, instituiste el Sacramento de la Extremaunción, poniendo en las palabras de tus ministros virtud y eficacia para fortalecer a los moribundos y limpiarlos de las reliquias del pecado. Por ello te damos las más humildes gracias, y te pedimos que uniendo nuestras súplicas y ruegos a los crueles dolores, inhumanos tratamientos, escarnios y mofas qué padeciste en el aposentillo en que te encerraron la noche de tu Pasión, les concedas a las almas de aquellos sacerdotes que administraron este Sacramento, y padecen ahora en el Purgatorio, el alivio que desean. Ten piedad de ellos y llévalos por tu bondad y benignísimas entrañas, al descanso eterno de la gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Ave Marías, con Gloria Patri. Las demás Oraciones se dirán todos los días.
DÍA SEXTO
Por la señal…
Acto de Contrición.
ORACIÓN
Jesús mío amantísimo: ¡Qué grande es tu bondad, qué admirable es la Providencia con que te manejas en el gobierno de tu Iglesia, para que siempre haya en ella un sacrificio con el que demos a tu Padre Eterno las gracias por los beneficios que nos hace, aplaquemos su indignación por las ofensas que le hacemos, y lo tengamos propicio para las mercedes que le pedimos, instituiste el Orden Sacerdotal, autorizando a tus ministros para que en virtud de las palabras de la consagración, hiciesen el prodigio de obligarte a bajar del Cielo, a ponerte en sus manos, y repetir todos los días el mismo sacrificio que ofreciste en la Cruz con que obraste nuestra redención! Yo te adoro, te venero y te doy las más rendidas gracias por tanto favor, y te suplico que unas mis oraciones a los gravísimos tormentos que padeciste, cuando cargando con la pesada Cruz en que te iban a crucificar, caíste en tierra casi desmayado, y sin poder dar un paso por la flaqueza, y lo apliques todo a aquellas benditas almas que después de haberse alimentado tantas veces con tu preciosísima Sangre, parecen ahora insufribles ardores en el Purgatorio. Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Ave Marías, con Gloria Patri. Las demás Oraciones se dirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO
Por la señal…
Acto de Contrición.
ORACIÓN
Jesús mío amantísimo: Yo te doy las más rendidas gracias, porque no omitiendo Providencia alguna de cuantas pudieran conducir al bien de tu Iglesia, quisiste que el contrato del matrimonio se elevase a la dignidad de Santo Sacramento, y se santifica la unión de tus fieles para la educación cristiana y crianza de sus hijos, y que se autorizara con la presencia de tus ministros, bendita sea para siempre tu Providencia tan justa y tan provechosa a la humana fragilidad. Vuelve ahora los ojos, dulcísimo Jesús, a las almas de aquellos venerable sacerdotes que entre las terribles llamas del Purgatorio, padecen algún otro tormento más terrible, cual es el no acabar de celebrar los celestiales desposorios con tu Persona divina. Une nuestras oraciones a los méritos de tu Pasión y Sangre preciosa, y acuérdate de aquellos acerbísimos dolores que sufriste cuando enclavaron tus pies y manos en la Cruz, los sufriste por nosotros por librarnos de la muerte eterna y por llevarnos a tu Gloria: Aplica ahora estos dolores a las almas de los santos sacerdotes, para que con ellos satisfagan a la misma justicia y vayan a darle las gracias de tanto beneficio. Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Ave Marías, con Gloria Patri. Las demás Oraciones se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO
Por la señal…
Acto de Contrición.
ORACIÓN
Jesús mío amantísimo: Yo adoro tus sabias disposiciones, y agradezco el cuidado que tienes de que no falten en tu iglesia ministros, que como maestros sustitutos tuyos nos enseñan y dirigen en el camino de tus divinos mandamientos, y nos instruyen en la evangélica doctrina. Seas por siempre alabado y glorificado, y fiado, por tanto, de tu piedad y benignidad, te pido te duelas de las almas de los sacerdotes que predicaron en la tierra tu Santo Evangelio, y ahora gimen atormentados en el Purgatorio. Saca, Señor, del tesoro inmenso de tus merecimientos, el caudal que necesitan ellas para satisfacer a la Justicia divina, une a nuestras oraciones aquellos acerbísimos dolores que padeciste en la Cruz estando para expirar, atormentado de la sed, escarnecido de los judíos, y mirando cerca a tu Madre angustiadísima, y aplica estos tormentos y aflicciones a estas benditas almas; llévalas a gozar el fruto de ellas en el Palacio de la Gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Ave Marías, con Gloria Patri. Las demás Oraciones se dirán todos los días.
DÍA NOVENO
Por la señal…
Acto de Contrición.
ORACIÓN
Jesús mío amantísimo: ¡Qué consuelo tan grande para mi alma, verte con entrañas tan de Padre, y tan sensible a nuestros males! Conoces cuán terribles, cuán espantosas son las penas que padecen las almas en el Purgatorio, y para aliviarlas, dejaste en tu Iglesia un tesoro infinito, y diste autoridad a los Pontífices y Obispos sacar de ese cofre inagotable los caudales que juzgasen convenientes para rebajar con ellos las deudas de las almas que están pagando en aquellas voraces llamas a la Justicia divina. Yo te pido, con el más vivo afecto de piedad y compasión, te duelas de las almas de los sacerdotes que están allí padeciendo, y que uniendo nuestras oraciones a aquel terrible desacato y crueldad injuriosa que padeció tu sacrosanto Cuerpo en la lanzada con que lo hirieron después de muerto, la apliques a estas Santas almas, y desates las prisiones que les tiene puestas la rectitud de tus juicios, y la lleve a gozar de la libertad que desean, para adorarte y darte las gracias por tus infinitas misericordias. Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Ave Marías, con Gloria Patri. Las demás Oraciones se dirán todos los días.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)