Vexílla Regis

Vexílla Regis
MIENTRAS EL MUNDO GIRA, LA CRUZ PERMANECE

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER
NO AL ABORTO. ELLOS NO TIENEN LA CULPA DE QUE NO LUCHASTEIS CONTRA VUESTRA CONCUPISCENCIA

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN
No hay forma de vivir sin Dios.

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

lunes, 13 de octubre de 2025

PRÉVOST ELOGIA NUEVAMENTE A MILANI (SIGUIENDO LAS HUELLAS DE BERGOGLIO)

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
  

En un discurso pronunciado el 11 de octubre a los fieles de las diócesis de la Toscana, León XIV Riggitano-Prévost rindió homenaje al controvertido sacerdote Lorenzo Carlo Domenico Milani-Comparetti Weiss (1923-1967; ordenado sacerdote el 13 de Julio de 1947), más conocido como Don Lorenzo Milani.
  
Riggitano-Prévost dijo:
«Don Lorenzo Milani fue un profeta de la Iglesia toscana e italiana que el Papa Francisco describió como “testigo e intérprete de la trasformación social y económica” (Francisco, Discurso a los miembros del Comité para el centenario de Don Lorenzo Milani, 22 de enero de 2024), tenía como lema “I care”, esto es, “me importa”, me interesa, está en mi corazón. Por lo tanto, los insto a no permanecer estáticos y a contribuir a la construcción del rostro de una Iglesia que se preocupa por la vida de las personas, especialmente de los más pobres».
Ya en un discurso al clero romano el 12 de junio, León XIV había afirmado que:
«En tiempos recientes hemos tenido el ejemplo de santos sacerdotes que supieron conjugar la pasión por la historia con el anuncio del Evangelio, como don Primo Mazzolari y don Lorenzo Milani, profetas de paz y justicia. Y aquí en Roma hemos tenido a don Luigi Di Liegro que, ante tanta pobreza, dio su vida para buscar caminos de justicia y promoción humana. Bebamos de la fuerza de estos ejemplos para seguir sembrando semillas de santidad en nuestra ciudad».

Riggitano-Prévost camina de nuevo en las huellas de Francisco Bergoglio, el cual comenzó la rehabilitación de Don Milani visitando su tumba en 2017 y alabándolo en varias ocasiones.
   
Judío, homosexual y hereje
Hijo de los judíos agnósticos y anticlericales Albano Milani Comparetti y Alicia Weiss Jacchia, don Lorenzo Milani fue un sacerdote florentino que fue ordenado en 1947. También fue maestro y activista social.

En 1954, fue enviado a Barbiana, una aldea remota (100 almas) en la Toscana, efectivamente como un exiliado.

Uno de los principales críticos de Don Milani es Cristina Siccardi. En Corrispondenza Romana, ofreció una visión crítica de Don Milani, corrigiendo la tendencia a retratarlo simplemente como un «creyente, enamorado de la Iglesia incluso herido, y educador apasionado».

Según la investigación de Siccardi, Don Milani era homosexual y un hereje que sublimó su desviación a través de su actividad educativa.

Ella sugiere que su modelo escolar, pedagogía y defensa social reflejan un cambio ideológico «revolucionario» o secular. Esto ayudó a dar paso a una «cultura caótica y perjudicial de la des-educación», que carecía de respeto por la autoridad jerárquica y la disciplina.

Citas de Don Milani que revelan la desviación psicológica y moral [ADVERTENCIA: Algunas de ellas contienen lenguaje grosero, se aconseja discreción al lector].
El 12 de diciembre de 1956 le escribió a su amigo el magistrado Gian Paolo “Gianni” Meucci, precursor de la “justicia de menores” en Italia, sobre su envío a Barbiana dos años antes:
«Si tú me hubieses visto en aquel punto cenar y tan primordialmente con dos mujerzuelas y dos energúmenos a tantas verste [antigua medida rusa de longitud, equivalente desde la época del zar Pedro el Grande a 1066,86 metros, N. del T.] de la isba [en ruso изба́, vivienda campesina hecha de madera, N. del T.] más cercana, y si hubieses considerado con cuánto entusiasmo juvenil y serenidad estaba no obstante fuese claro a cualquiera que era confinado aquí [a Barbiana] como un maricón y demagogo heretizante y quizá también confeso visto que no había respondido a todo este fango, y que no había hecho nada por sacudírmelo […], entonces no te habría pasado por la mente decir que me he identificado con mi libro [Experiencias Pastorales], y que me he encerrado en este parto de mi inteligencia negándome a mí mismo y a los otros el amor, que es ante todo comprensión. Hago bien de párroco, y después hago bien de maestro, y amo a mis superiores y cofrades, hasta el punto de dejar que se caguen a gusto sobre mi honor. ¿Estás seguro que este precepto de amar a los enemigos obliga a más que no esto de no vengarse?» (en “Lettere di Don Lorenzo Milani priore di Barbiana”, editadas por Michele Gesualdi. Ed. Mondadori – Milán 1970, págs. 66-67). 
Milani había sido enviado a Barbiana desde San Donato de Calenzano, y le escribió así a su amigo don Renzo Rossi el 1 de diciembre de 1954, cinco días antes de partir:
«Esto pone en cuestión la catolicidad de todo mi trabajo, porque me hacía ilusión ser todavía un sacerdote católico, pero ahora que los sacerdotes más cercanos han acordado apartarme, aparezco a los ojos de la gente como un sacerdote aislado, y un sacerdote aislado es inútil, es como hacerse una puñeta. No está bien, no sirve para nada, y Dios no lo quiere».
A Enrico Bartoletti Donnini, oriundo de Calenzano y que había sido rector del seminario de Florencia (y que lo ayudó a aprobar con una mínima calificación), en ocasión de su nombramiento como obispo auxiliar de Lucca, le dijo:
«A Vd. lo envían como obispo con olor de santidad, mientras a mí me envían como prior de Barbiana con olor de maricón [en italiano, “finocchio”, hinojo. En la antigua Italia, el hinojo se usaba como sustituto barato de las especias y para aromatizar el vino de inferior calidad o a punto de avinagrarse, y de ahí pasó como un apelativo para referirse a los homosexuales. Por tal motivo, Milani usará la expresión en un juego de palabras, N. del T.], demagogo y hereje. Me tienta creer que todo este abismo entre nosotros surge únicamente de nuestras formas contradictorias de proponer y posponer los dos imperativos de la Caridad y la Verdad. Pero ahora que estas dos opciones nuestras opuestas ya han llegado a sus respectivas consecuencias lógicas: la cúspide de su ascenso (para Vd., medio metro de faldistorio, para mí, 470 metros sobre el nivel del mar), ahora que ya no podemos cambiar la opinión que los hombres tienen de nosotros porque nunca se dice que los obispos sean hinojo o cualquier otra verdura, y nunca se dice que los maricones sean santos» (Carta del 10 de septiembre de 1958).

Una carta a Giorgio Pecorini, periodista de “L’Europeo”, fechada a 15 de noviembre de 1959, es particularmente reveladora. En ella, Don Milani escribió acerca de sus alumnos varones:
«Y sé que si un riesgo corre por mi alma, no es precisamente el de haber amado poco, sino más que todo de amar demasiado, esto es, ¡de llevármelos también a la cama! Y entonces, ¿Y entonces quién podrá amar a los chicos hasta los huesos sin terminar metiéndoselo también por el culo, sino un profesor que, junto con ellos, también ama a Dios y teme el infierno y desea el cielo?» (En GIORGIO PECORINI, “Don Milani, chi era costui?”. Ed. Baldini e Castoldi – Milán 1996, pág. 386, nota al pie del capítulo).
Como recuerda su biógrafo Michele Gesualdi, Don Milani dijo en 1965 a los alumnos que quería tomarlos en sus brazos, pero «no debe, porque son hombres». Incluso el defensor Gesualdi admitió que Don Milani tenía fantasías pedófilas.

La obra principal de Don Milani se titula Experiencias Pastorales. En 1958, La Civiltà Cattolica escribió que estaba «llena de obsesiones y contradicciones». En el libro, Milani escribe acerca de sí mismo:
«Yo a mi pueblo le he quitado la paz. No he sembrado sino contrastes, discusiones, bandos contrapuestos de pensamiento. Siempre he confrontado a las almas y las situaciones con la dureza indigna del maestro. No he tenido ni educación, ni consideración ni tacto […] habré sembrado cizaña, pero enseño también a quienes me darán fuego».

Y el 9 de enero de 1964, le escribió a su director espiritual el padre Raffaele Bensi diciéndole que había contemplado suicidarse:

«Al obispo [Ermenegildo Florit de Florencia] no se le ha visto, al rector no se le ha visto, a don [Mario] Lupori no se le ha visto, ni se han visto el padre [Ernesto] Balducci ni don [Divo] Barsotti. Solo vienen los sacerdotes cretinos (como Vd. dice). A veces en cambio vienen solamente los sacerdotes que tienen piedad. Después vienen en abundancia los pobres, que son los que me han hecho olvidar a todos vosotros y al suicidio. Ellos son mis confesores, mis directores espirituales, mis maestros, mi Dios (que el otro Dios me perdone».
Y en un apunte personal, Milani se dice a sí mismo, en ocasión que su amigo el servita Davide Maria Turoldo fue exiliado de Milán a Londres:
«No pidas el exilio. ¿Sabrás beber este cáliz? Suicidarse, reducirse al estado laico, perder la fe, bestializarse en las miserias sexuales gratuitas. Esto es lo que el exilio te pondrá a la vista. No lo pidas. Ya es bastante difícil salvar el alma en la ciudad» (en PECORINI, op. cit., pág. 232).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad civil, administrativa, penal y canónica por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración constituyen causal de no publicación.

Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.

+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)