Por Ángel Gómez Fuentes para ABC (España).
La Universidad de Milán realiza un estudio de un manuscrito inédito del religioso y habla de «asombroso hallazgo».
El fraile dominico Galvano Fiamma (Milán, 1283 – 1344), que durante unos años vivió en Génova y mantuvo contacto con marineros, conocía la existencia de América 152 años antes de que Cristóbal Colón
pusiera pie en ese continente. La Universidad de Milán ha hecho una
investigación sobre ese texto inédito y acaba de hacer público el
estudio con la clamorosa mención que hace el fraile sobre América,
denominándola ‘Marckalada’, una tierra más allá del océano Atlántico.
El dominico Galvano Fiamma, que publicó numerosas obras, escribió en 1340 ‘Crónica universális’, donde hace una mención a América, 152 años de la fecha oficial del descubrimiento de América (12 de octubre de 1492). El manuscrito, subastado
en Christie’s en 1996 por 14.950 dólares, fue adquirido por un
coleccionista estadounidense, que permitió que fuera fotografiado por la Universidad de Milán para su estudio
y posterior publicación. «La escritura del manuscrito es gótica del
norte de Italia, no siempre fácil de descifrar», ha dicho la
investigadora Giulia Greco.
Fray Galvano Fiamma (miniatura del Códice Trivulciano 1438, c. 1r. Milán, Archivo Histórico Cívico y Biblioteca Trivulciana).
«Los
marineros que surcan los mares –escribió el dominico– desde Dinamarca y
Noruega dicen que más allá de Noruega, hacia el norte, se encuentra
Islandia. Más allá hay una isla llamada Groenlandia. Y todavía más allá, hacia el oeste, hay una tierra llamada Marckalada. Los habitantes del lugar son gigantes: hay edificios de piedras tan grandes
que ningún hombre podría colocarlas, salvo que fueran gigantes muy
grandes. Allí crecen árboles verdes y viven muchos animales y una gran
cantidad de aves. Pero nunca ha habido ningún marinero que haya podido
conocer con certeza noticias sobre esta tierra y sus características».
De la descripción que hace el fraile dominico se deduce que el país misterioso del que habla, Marckalada, es América.
Así lo afirma una investigación de la Universidad Estatal de Milán, en
el que colaboraron numerosos estudiantes de Literatura, y fue publicado
en la revista estadounidense ‘Terræ Incógnitæ’ dedicada a la historia de las exploraciones.
En realidad, en torno al siglo X a las costas del norte del Atlántico habían llegado navegantes vikingos.
Establecieron asentamientos en algunas áreas, que incluían Groenlandia y
Terranova. De ello hay rastros esporádicos en narraciones de leyendas
de algunas sagas nórdicas. Por ejemplo, en la saga islandesa del siglo
XIII de Eric “El Rojo”, que representa una visita a América, el héroe
llega a un país densamente boscoso “lleno de animales”, incluidos osos,
mientras que los nativos capturados revelan que la tierra está gobernada
por dos reyes.
«Asombroso hallazgo»
Leyenda puede considerarse en parte la descripción del fraile Fiamma, cuando se refiere por ejemplo a los «habitantes gigantes» de Marckalada. Pero el interés de su texto, descubierto ahora por la Universidad de Milán, radica en que reabre una cuestión largamente debatida, pero sobre la que no había documentación: Si en Génova, antes de Colón, circulaba información sobre la existencia de tierras más allá del Atlántico, y si alguna novedad de su existencia, aunque fuera vaga, había hecho más aceptable o asumible el riesgo de la expedición de Colón de 1492.
A
este respecto, el profesor de literatura medieval en la Universidad de
Milán Paolo Chiesa, que dirigió la investigación, ha explicado: «Este
asombroso hallazgo [el texto de “Cronica universalis” del dominico
Fiamma] es el primer informe conocido que circula en el Mediterráneo sobre el continente americano, y si Colón estuvo al corriente de lo que sabían estos marineros genoveses, le podría haber ayudado a convencerlo para hacer su viaje a América», dijo el profesor Paolo Chiesa.
Además
de su narración sobre Marckalada, el fraile Galvano Fiamma cita a
«marineros que frecuentan los mares de Dinamarca y Noruega», para hacer
también esta descripción de Groenlandia: Una tierra donde la gente «habita en casas subterráneas y no se atreve a hablar en voz alta ni a hacer ruido alguno, por temor a que los animales salvajes los escuchen y los devoren. […] En esta tierra no hay trigo, ni vino, ni frutos; la gente vive de la leche, la carne y el pescado. Allí viven enormes osos blancos,
que nadan en el mar y llevan a la orilla a los náufragos». Según el
profesor Chiesa, «la Marckalada a la que se refiere el fraile dominico
debe ser la Markland de los vikingos y la idea de que los gigantes viven allí proviene de las antiguas leyendas nórdicas».
Lo que es sabido es que Cristóbal Colón se documentó ampliamente su viaje. Estudió mapas geográficos, supo de las historias de los marineros y comenzó a pensar que más allá de las Azores tenía que existir una tierra, que no podía ser otra que Asia.
Preparó así su proyecto de viaje por el Atlántico, como el camino más
breve para llegar a las Indias. De hecho, cuando el 12 de octubre
desembarcó en la isla de Guanahani, que llamó San Salvador, creyó que se encontraba en Asia. Y murió en 1506 con esa misma idea.
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