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miércoles, 15 de septiembre de 2021

DE LA FORMA DE LA ABSOLUCIÓN, Y SI SE PUEDE DECIR EN VOZ BAJA

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO, ampliado en algunos lugares.
   

En el Ritual Romano tradicional (el manual latino para los ritos de los Sacramentos) instruye al confesor que diga en voz audible la absolución junto con las oraciones acompañantes, mientras el confesor debe escucharlas en silencio.
Cualquier Acto de contrición debe ser dicho por el penitente antes de acercarse al Sacramento de la Penitencia.
  
«Queridos Padres de TRADITIO: He estado preguntándome por qué los sacerdotes Católicos tradicionales con los que me he estado confesando durante más de veinte años no me dicen audiblemente las palabras de la absolución. Incluso le hablé a nuestro sacerdote sobre ello, y no me respondió, sino que continuó dándome el “tratamiento silencioso”. En todos estos años, solo dos sacerdotes católicos tradicionales muy ancianos dijeron las palabras de la absolución en forma tal que pudiera oírlas claramente. Eso me hace pensar que la práctica de impartir la absolución en voz alta es la verdadera práctica tradicional. ¿Los sacerdotes tradicionales más jóvenes son tímidos, avergonzados, inseguros o qué?» (María).
   
RESPUESTA DE LOS PADRES DE TRADITIO
En el Ritual Romano tradicional (el manual latino para los ritos de los Sacramentos y otras ceremonias), título tercero, capítulo II: “Forma común de la Absolución”, consta la forma canonizada por el Concilio de Trento [Traducción solo para fines instructivos, no para uso oficial; en negrilla las palabras esenciales para la validez del Sacramento]:
Cuando se quiera absolver al penitente, impuesta previamente y aceptada por él una penitencia saludable, decir primero:
Misereátur tui omnípotens Deus, et dimíssis peccátis tuis, perdúcat te ad vitam ætérnam (Dios todopoderoso tenga misericordia de ti, y perdonados tus pecados, te lleve a la vida eterna). Amen.
    
Luego, elevada la mano derecha hacia el penitente, decir:
Indulgéntiam, absolutiónem ✠, et remissiónem peccatórum tuórum tríbuat tibi omnípotens et miséricors Dóminus (El Señor todopoderoso y misericordioso te conceda la indulgencia, la absolución ✠ y el perdón de tus pecados). Amen.
   
Dóminus noster Jesus Christus te absólvat: et ego auctoritáte ipsíus te absólvo ab omni vínculo excommunicatiónis, suspensiónis, et interdícti, in quántum possum, et tu índiges. Deínde ego te absólvo a peccátis tuis in nómine Patris, et Fílii , et Spíritus Sancti (Absuélvate Nuestro Señor Jesucristo: y por su autoridad te absuelvo de toda cadena de excomunión, suspensión y entredicho, en cuanto puedo y necesitas. Por tanto, yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo). Amen.
  
Si el penitente es laico, omitir la palabra suspensiónis. El Obispo, al absolver, puede hacer tres cruces.
   
Pássio Dómini nostri Jesu Christi, mérita beátæ Maríæ vírginis, et ómnium Sanctórum, quídquid boni féceris, et mali sustínueris, sint tibi in remissiónem peccatorum, augméntum grátiæ, et prǽmium vitæ ætérnæ (La pasión de Nuestro Señor Jesucristo, los méritos de la Bienaventurada Virgen Santa María y todos los Santos, todo el bien que hicieres y el mal que sufrieres, te sean para el perdón de los pecados, aumento de la gracia y premio de la vida eterna) Amen.
  
En las confesiones más numerosas o breves, puede omitirse el Misereátur&c., bastando decir: Dóminus noster Jesus Christus, &c. anterior, hasta el Pássio Dómini, &c.
    
En caso de alguna grave necesidad por hallarse en peligro de muerte, se puede decir más brevemente:
Ego te absólvo ab ómnibus censúris, et peccátis; in nómine Patris, et Fílii ✠, et Spíritus Sancti (Yo te absuelvo de todas censuras y pecados en el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo). Amen. 

En el contexto ordinario, la palabra latina “dicit” indicaría una pronunciación audible. Normalmente, el sacerdote diría la absolución del modo descrito arriba (aunque San Antonio María Claret en su obra “El Colegial o Seminarista teórica y prácticamente instruido” aconseja que el sacerdote se acostumbre a decirla en voz baja, previendo que en algunos casos no se puede absolver al penitente), mientras el penitente escucha en silencio.
     
Si bien el Ritual Romano no tiene ninguna provisión sobre el decir el penitente un Acto de contrición durante la confesión, en algunos lugares se acostumbra que el penitente diga en voz baja el acto de contrición mientras el sacerdote lo exhorta antes de la absolución, la teología sacramental católica tradicional enseña que el acto de presentarse uno mismo a la confesión ya indica la contrición por el pecado. Tal Acto de contrición debería tener lugar antes de acercarse a la Confesión como parte de su elicitación para la contrición y un firme propósito de enmienda.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)