Tomado del semanario “¿Qué Pasa?”, núm.º 771 (6 de Enero de 1975) Reproducido de “La Vanguardia”, de Barcelona. Rescatado de CATÓLICOS ALERTA (Segunda época).
RONCALLI FUE ACUSADO DE MODERNISTA
El sacerdote Roncalli fue acusado
de “modernista” por el Santo Oficio Las memorias de un periodista
descubren unos hechos que habían permanecido ocultos.
Roma,
21. (Especial para “La
Vanguardia”) —Estos días está siendo muy comentada en los ambientes
católicos italianos una anécdota relativa al Papa Juan XXIII o, mejor
dicho, al sacerdote Roncalli, que en años jóvenes fue acusado como
“modernista” por el Santo Oficio. Acaba de aparecer un libro,
“Documentación inédita de las cartas de Cavallanti”, donde narran los
hechos recogidos asimismo por algunos periódicos.
Alessandro
Cavallanti Crotti era, en tiempos de San Pío X, director del diario
que, en la etapa más álgida del modernismo, editaba en Florencia el
grupo llamado “La Unidad Católica”. Roncalli era entonces secretario
particular del obispo de Bérgamo y escribía artículos para la “revista
histórico-crítica”, publicación que no gozaba precisamente de la
predilección de la Curia romana. En sus clases como profesor de Historia
de la Iglesia utilizaba el texto de Duchesne “Historia de la Iglesia
Antigua”, obra que, por su planteamiento científico, era considerada
como “modernizante”, hasta el punto que más tarde fue incluida en el
“índice de libros prohibidos”.
Al suceder esto, Roncalli escribió una nota
critica en el boletín diocesano de Bérgamo. Irónico y socarrón,
Roncalli se preguntaba cómo podía ser enviado al “índice” un texto que
pocos años antes la misma Iglesia había recomendado y que, en su
opinión, estaba en perfecto acuerdo con la doctrina de la Iglesia.
El
cardenal De Lai llamó a Roncalli al Santo Oficio y le invitó
severamente a observar la recta doctrina. El joven sacerdote interpretó
que se trataba de una recomendación de carácter general y nada más
regresar a Bérgamo escribió una carta al cardenal declarando que «jamás
se había apartado de la ortodoxia y que su fidelidad al Magisterio era
absoluta».
Cuando
Roncalli, muchos años después y ya siendo Papa, visitó el Santo Oficio
preguntó si había algún informe a su nombre. Se descubrió entonces que
había a su nombre lo que se llamaba un “fascícolo nero”. Es más; de la
“carpeta negra” faltaba precisamente la carta que él había escrito al
cardenal De Lai mustiándose. Lo que sí había —para mayor sorpresa del
Papa Juan— era una tarjeta postal dirigida a Roncalli por un amigo suyo
modernista, tarjeta que Roncalli había echado a la papelera de su
despacho, pero que manos cuidadosas se habían encargado de recoger,
pegar y enviar “como prueba condenatoria” al Santo Oficio.
Siempre,
según los documentos de la carpeta, sus lecciones de historia
suscitaban creciente desconfianza entre los canónigos de la diócesis.
Uno de éstos, Giambattista Mazzoleni, era el encargado de suministrar
noticias al cardenal De Lai y también al director del periódico antes
citado sobre “los pecados de Roncalli”. Estas son las cartas que han
sido encontradas y publicadas. Son del año 1911 y dan la explicación del
veto que al año siguiente le pusieron en Roma a Roncalli al ser
propuesto éste como profesor de Historia Eclesiástica en el Seminario de
Roma.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)