Elementos tomados de GLORIA NEWS y ASIA NEWS.
Como un loro, el obispón comunista de Shanghái José Shen Bin, remedó los mantras de Francisco Bergoglio en una entrevista de quince páginas con la revista diocesana en su edición de Agosto.
El pasado Abril, el régimen chino instaló unilateralmente a Shen en Shanghái, la sede episcopal más importante en la China continental. En Julio, Bergoglio cedió y lo “designó” en el puesto.
Shen dijo literalmente:
«Shanghái es una ciudad moderna y vibrante, y creo que nuestra diócesis debe estar en línea con esta ciudad: no podemos atenernos siempre a las viejas reglas, pensar de manera rígida, quedarnos estancados en nuestras costumbres y vivir en la seguridad de nuestras fantasías. Debemos estar a la altura de los tiempos, adhiriendo a los principios de la fe y las buenas tradiciones de la Iglesia. Necesitamos el coraje de salir de nuestra zona de confort, de ampliar nuestros horizontes y ser proactivos. En Shanghái, la vida y el crecimiento de la Iglesia requieren de nuestra parte creatividad e imaginación, porque el Evangelio es siempre nuevo y el vino nuevo se debe colocar en odres nuevos».
La declaración suena a una sátira de Francisco.
Luego de estas grandilocuentes declaraciones, Shen reconoció un agudo declive en las vocaciones sacerdotales en China:
«¿Por qué las vocaciones crecieron entre los años 1980 y 2000 y luego disminuyeron? Hay muchas razones, y creo que una de ellas es que en los años de crecimiento de las vocaciones, los que dirigían la Iglesia eran los sacerdotes de la generación anterior, y su ejemplo y su carisma atraían a los jóvenes de esa época y nos atrajeron a nosotros a la Iglesia; después del 2000 fuimos nosotros, los sacerdotes jóvenes, los que salimos, y quizás no hicimos un buen trabajo. Esta situación merece nuestra reflexión y requiere nuestro compromiso».
Después de la inevitable referencia al proceso de “sinización”, y las relaciones con el Vaticano después del “Acuerdo provisional” secreto de 2018, ejemplificando la presencia de los representantes chinos en el Sínodo de 2018 y su propia (de él) participación en los encuentros interreligiosos por la paz de la comunidad ecuménica San Egidio en Münster y Osnabrück (Septiembre de 2017) y Bolonia (Octubre de 2018), Shen concluyó:
«A mis muchos amigos extranjeros a menudo les digo una cosa: En primer lugar, si quieren comprender la situación de la Iglesia en China, deben escucharme, porque yo soy obispo en China y dirijo el Consejo de Obispos chinos. Sé más que otros sobre la situación de la Iglesia en China. Segundo: tienen que venir a China para ver sobre el terreno, y verán una Iglesia completamente diferente en China. Creo que no es suficiente salir, debemos invitarlos a venir a China. En el pasado era más bien el mundo exterior el que nos proporcionaba oportunidades y pasajes de avión. Ahora puedo decir con seguridad que puedo ofrecerles pasajes de avión e invitarlos a traer a sus amigos a China para ver qué está ocurriendo. Recibiremos con confianza, abierta y calurosamente a todos aquellos que vengan a visitar la diócesis de Shanghái».
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)