Traducción de la noticia publicada en DUC IN ALTUM. Comentario propio.
CAMBIAR EL NOMBRE A LA NAVIDAD PARA ELIMINAR LA REFERENCIA CRISTIANA. LO EXIGEN LAS NORMAS PARA LA IGUALDAD ÉTNICA
En el Instituto Universitario Europeo (European University Institute) de Fiésole (Italia) su presidente ha decidido que, a fin de cumplir las obligaciones del Plan para la igualdad étnica y racial, «la ex fiesta “Navidad” deberá cambiarse su nombre, para eliminar la referencia cristiana». Lo refiere la Sociedad para la Información Religiosa [aquí], que llegó a poseer el documento interno.
Las reglas para la igualdad étnica válidas al interior del Instituto prevén en realidad que las fiestas religiosas se inserten en el calendario, pero el lenguaje con que se las comunica debe ser «inclusivo». Ahora pues se aceptan propuestas sobre cómo renombrar la Navidad, teniendo sin embargo presente que para los festejos, «los aspectos tradicionales y folclóricos pueden permanecer como parte del evento».
Una propuesta sobre la cual se está trabajando es denominar la ex Navidad como Fiesta de Invierno, pero también hay otras ideas.
En el instituto universitario hay quien se dice perplejo. ¿Por motivos religiosos? No, no lo hay más. Las perplejidades nacen del hecho que «Navidad» es considerado un nombre ligado a la cultura de Italia, algo que designa una fiesta que va «más allá de la religión».
¿Cómo comentar todo esto?
«Sin palabras» parece el comentario más apropiado.
El sueño de la razón genera monstruos políticamente correctos.
COMENTARIO: El presidente del Instituto Universitario Europeo (fundado en 1972 por los países miembros de la entonces Comunidad Europea, y financiada por los países miembros de la Unión) que promulgó ese “Plan para la igualdad étnica y racial”, el belga Renaud Dehousse Denis no podía ser más secularista porque no quiso, viniéndole desde la cuna: hijo del político socialista Jean-Maurice Dehousse († 2023) y Anne Denis, y nieto paterno de la filóloga Rita Lejeune y el político socialista Fernand Louis Jean Dehousse († 1976), que fue representante de Bélgica ante el Consejo de Europa. Su predecesor inmediato, el judío estadounidense nacido en Sudáfrica Joseph Halevi Horowitz Weiler, recibió de manos de Francisco Bergoglio el inútil “Premio Joseph Ratzinger” en 2022.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)