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miércoles, 4 de octubre de 2023

LA VERSIÓN 2.0 DE “Laudato si’”

Ya voy a complacer a mi patrón Soros con otro manifiesto izquierdista…

Hoy Francisco Bergoglio publicó la exhortación “Laudáte Deum”, la versión 2.0 de su panfleto ecologista “Laudato si’” sobre la pretendida crisis climática, materia que escapa a las competencias de un Papa católico (la ciencia y política no son materia de infalibilidad pontificia –que tampoco cobija a los herejes–).
   
Bergoglio eligió publicarla el 4 de Octubre (la misma fecha que “Fratelli Tutti”), no porque sea la fiesta de San Francisco de Asís (que había sido declarado patrono de la ecología por Juan Pablo II Wojtyła en 1979), sino porque ese día en 1965, Pablo VI Montini dio su discurso en las Naciones Unidas diciendo que ella era «la última esperanza para la paz y la armonía de la humanidad».
   
Medalla conmemorativa de la visita de Pablo VI a las Naciones Unidas el 4 de Octubre de 1965 (Fuente: E-bay).

En “Laudáte Deum” (que parece recoger los sueños guajiros de la niñata malencarada de Greta Thunberg, otra marioneta del sistema), Bergoglio simplemente papagayea a la oligarquía y trata de asustar al lector con expresiones altisonantes como «sufrido planeta» o «el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre» (LD, 2).
    
Jugando a profeta de desastre (lo que irónicamente su antecesor Juan XXIII bis Roncalli quiso rechazar en su discurso de apertura del Vaticano II el 11 de Octubre de 1962), Bergoglio habla de «olas de calor», «inundaciones», «sequías severas», «calor extremo», «derretimiento de los glaciares», una «inusual aceleración del calentamiento», «aumento del nivel del mar», «irreversibles al menos por cientos de años», «el enorme daño que hemos causado», «diagnósticos apocalípticos», «de allí no se regresa» (LD, 5, 6, 15, 17, 19).
    
Luego, lo vuelve todo una broma de pésimo gusto (cosa en la que Bergoglio es experto desde sus días en la Curia bonaerense) diciendo que «la pandemia (sic) del covid-19 ha constatado la estrecha relación de la vida humana con la de otros seres vivientes y con el medio ambiente» (LD, 19). Otra broma: «Lamentablemente, la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda» (LD, 13).
   
En vez de confrontar los argumentos sólidos que han desbancado el relato del cambio climático antropogénico que quiere venderse como hegemónico, él los denigra simplemente como «opiniones despectivas y poco racionales» que encuentra «incluso dentro de la Iglesia católica» (LD, 14), como si un Bergoglio confuso y emocional tuviese una maldita idea sobre la racionalidad o de opiniones respetuosas.
    
En el corazón del texto (número 35), apela a un peligroso y satánico gobierno único mundial, soñando con «una autoridad mundial regulada por el derecho» que «debe estar dotada de autoridad real de manera que se pueda “asegurar” el cumplimiento de algunos objetivos irrenunciables» [de la oligarquía].
   
Bergoglio divaga sobre lo que llama el «viejo multilateralismo», diciendo que quiere «reconfigurarlo y recrearlo teniendo en cuenta la nueva situación mundial» estableciendo un «un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones» (LD, 43).

En tal sentido, tiene unas palabras respecto la XXVIII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que se realizará del 30 de Noviembre al 12 de Diciembre en Dubái (Emiratos Árabes Unidos):
«Los Emiratos Árabes Unidos hospedarán la próxima Conferencia de las Partes (COP28). Es un país del Golfo Pérsico que se caracteriza por ser un gran exportador de energías fósiles, si bien ha hecho importantes inversiones en energías renovables. Mientras tanto, las empresas de gas y petróleo ambicionan nuevos proyectos allí para ampliar más aún la producción. Decir que no hay nada que esperar sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático.
  
Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente. Esta Convención puede ser un punto de inflexión, que muestre que todo lo que se ha hecho desde 1992 iba en serio y valió la pena, o será una gran decepción y pondrá en riesgo lo bueno que se haya podido lograr hasta ahora.
   
[…]
  
Si hay un interés sincero en lograr que la COP28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente» (LD, 53-54, 59).
Acto seguido, pasa a defender a los ultras climáticos, que protestan violentamente contra eventos de tal envergadura (o sin envergadura de eventos, lo mismo da), en un discurso que en otras personas les granjearían unos buenos años en la prisión por terrorismo e instigación a delinquir:
«Suelen llamar la atención en las Conferencias sobre el clima las acciones de grupos que son criticados como “radicalizados”. Pero en realidad ellos cubren un vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos» (LD, 58).
Como católicos, ese documento tiene tanto valor como si un funcionario de las Naciones Unidas publicase una resolución sobre “nuevos aspectos la Santísima Trinidad” [= nulo], y debe rechazarse de plano como una súplica por el gobierno del Anticristo, al cual Jesucristo el Señor matará con la espada de Su boca y el resplandor de Su presencia el día glorioso de la Parusía (cf. 2.ª Tesalonicenses II, 13; Apocalipsis XIX, 21).

Epa, Pancho, ya que tanto te preocupa el ambiente, decínos cuántos árboles se talaron para producir el papel en que se imprimió esta bazofia.

1 comentario:

  1. CIFRAS DE PALABRAS CLAVE EN “Laudáte Deum”
    • Humano (33)
    • Clima (32)
    • Global (28)
    • Uno (27)
    • Mundo (26)
    • Poder (21)
    • Cambio (21)
    • Dios (11)
    • Jesús (3)
    • Iglesia (1)
    • Cristo (0)
    • Señor (0)
    • María (0)
    • Bautismo (0)

    Son datos y hay que darlos.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)