La mañana del 29 de Julio, Francisco Bergoglio se reunió con los jesuitas de la provincia de Canadá en el Palacio Arzobispal de Québec, donde (como acostumbra en sus viajes) se permite hablar de todo tipo de temas, revelando su pensamiento interior.
Uno
de los jesuitas concurrentes le preguntó sobre el cambio en la Iglesia
Conciliar, particularmente por los cambios en las normas canónicas sobre
los abusos de menores. Ocasión en que Bergoglio aprovechó (como no
podía ser de otra manera) atacar la Tradición:
«La visión de la doctrina de la Iglesia como un monolito que hay que defender sin matices es errónea. Por eso es importante respetar la tradición, la auténtica tradición. Alguien dijo una vez que la tradición es la memoria viva de los creyentes. El tradicionalismo, en cambio, es la vida muerta de nuestros creyentes. La tradición es la vida de los que nos han precedido y eso continúa. El tradicionalismo es su memoria muerta. De la raíz al fruto, en definitiva: ese es el camino. Hay que tomar el origen como referencia, no una experiencia histórica concreta tomada como modelo perpetuo, como si hubiera que detenerse en ella. “Ayer se hizo así” se convierte en “siempre se ha hecho así”. ¡Pero esto es paganismo de pensamiento! Y lo que dije también se aplica a los asuntos legales, al derecho». [Antipapa Francisco Bergoglio, en Antonio Spadaro SJ, “Caminar Juntos: Conversación de Francisco con los jesuitas de Canadá”. La Civiltà Cattolica, 4 de Agosto de 2022. Negrillas fuera del texto].
Es
claro que Bergoglio habla con doble intención y cambiando el
significado de las palabras cual orwelliana neolengua, pero la realidad
no le compadece:
- Si para él «el tradicionalismo es la vida muerta de nuestros creyentes», ¿Por qué el afán de perseguir el tradicionalismo, y mantener con soporte vital a ese Vaticano II por el que ÉL TIENE TANTA NOSTALGIA, pero que ha producido solo cierre de templos, y deserciones entre clérigos y fieles?
- «El camino es de la raíz al fruto». Sus antecesores desde Roncalli cortaron el fruto del catolicismo perenne en nombre del «aggiornamento», y ahora Bergoglio quiere incluso arrancar la raíz que le quedó. O mejor, con el Vaticano II, ellos mismos se escindieron de la viña católica.
- ¿No es «paganismo del pensamiento» las monedas de la pachamama, el Sínodo Panamazónico, o la misma ceremonia de humo donde Bergoglio mismo estuvo?
- «Siempre se ha hecho así». Mira quién lo dice, el señor «Escucho lo que se me canta», y juzga según su propia impresión.
Al menos, Nuestro Señor Jesucristo habló claramente de sujetos como Bergoglio:
«Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros disfrazados con pieles de ovejas, mas por dentro son lobos voraces. Por sus frutos u obras los conoceréis. ¿Acaso se cogen uvas de los espinos, o higos de las zarzas? Así es que todo árbol bueno produce buenos frutos, y todo árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, ni un árbol malo darlos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, será cortado y echado al fuego. Por sus frutos, pues, los podréis conocer» (San Mateo VII, 15-20/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)