Frente al “concilio vaticano segundo”, aún hoy hay quien aplaude
los cambios y las “variaciones” (habría dicho Romano Amerio, eminente
historiador de la crisis de la Iglesia en el “Post-Concilio”),
considerándole providenciales y fruto de un cambio continuo de la misma
Iglesia católica, y casi invocando siempre nuevos y superiores.
Hay
quien se cierra pensativo, condena los abusos mayores, busca hallar
justificantes o motivaciones para lo que parece no tener sentido, se
confía a este o aquel grupo, o a singulares representantes del
Episcopado, por buscar hallar un modus vivéndi entre el catolicismo de siempre y las degeneraciones de hoy.
Hay quien disgustado y
herido por ciertas tomas de posición y por ciertos gestos, rechaza de
plano la doctrina y funciones redentoras de la Iglesia, considerando
casi estas últimas décadas el develamiento de una falsedad congénita en
la misma institución y en la figura misma de su Divino Fundador.
Hay
quien en cambio (y es también el moderado pero claro parecer de quien
escribe) considera que lo sucedido entre 1962 y 1965 fue históricamente
la Revolución en el seno de la misma Iglesia, o sea, un evento
traumático y violento que ha de hecho atentado (y bajo una mirada
exterior ha logrado) insertar en el seno del Magisterio de la Iglesia
doctrinas, ideologías, actitudes y comportamientos que no solo le fueron
siempre extrañas, sino que contradicen lo que la Iglesia siempre ha
creído, tenido, predicado y hecho.
Por ende, el “Concilio vaticano segundo” no ha llevado a término un aggiornamento, adaptando antiguas fórmulas a una forma más actual e interesante para el hombre moderno sino que ha, de jure y de facto,
revolucionado y adulterado una correcta concepción de la Iglesia en
relación a sí misma, a la sociedad en que se encuentra operando, a las
otras religiones (en especial modo los sedicentes “grandes
monoteísmos”), a la propia liturgia, y a la interpretación de los textos
sagrados.
Durante
“el concilio”, una minoría de obispos progresistas, sostenidos por Juan
XXIII primero y por Pablo VI después, llegó a poner en jaque una fuerte
mayoría de obispos ligados a la Teología Católica y no a las
concepciones revolucionarias de los teólogos novadores (los padres
Congar, Rahner, Chenu y otros más).
Tanto
asó que no por nada se habla de una conducta abiertamente golpista
tenida por los obispos progresistas en el interior del concilio.
Muchos
han analizado los grandes errores dogmáticos del “Vaticano II” (entre
los cuales destaca ciertamente la herejía de la “libertad religiosa”, ya
condenada por Pío IX, y presente en cambio en “Dignitátis Humánæ”, la
eliminación del Deicidio en “Nostra Ætáte”, la radical mutación de la
concepción de la Iglesia y del Primado pontificio en “Lumen Géntium”, el
debilitamiento de la posición de la Iglesia en la sociedad en “Gáudium
et spes”, y elabuso del rol del laicado en “Apostólicam actuositátem”).
Por
último al “Concilio” lo siguió (y como en toda revolución las
consecuencias arrollan también las más tranquilas premisas) una reforma
radical de la Santa Misa, tal por mutar radicalmente su estructura,
naturaleza y finalidad (transformando el severo Sacrificio de la Misa en
latín en un encuentro convivial en lengua vernácula, frecuentemente de
mal gusto y con notable predisposición a la invención litúrgica).
Para no hablar de la reforma de los rituales y del nuevo “código de derecho canónico” de 1983 (también hijo del “Concilio”).
Es
evidente que la obediencia al magisterio de la Iglesia por un católico
es esencial, pero cuando resulta evidente a la razón, al corazón, y
sobre todo al sensus Fídei, un general proceso autodemolitivo de
la Iglesia, la clara transformación de la Iglesia, sociedad perfecta,
autónoma y soberana, dirigida a la Redención de los hombres, en un mero
ente filantrópico, débil y frecuentemente prona frente a ciertos poderes
y ciertas ideas, el católico tiene el deber de ser plenamente católico,
alejándose moral y físicamente del error y de quien lo enseña.
PIERGIORGIO SEVESO. La strobosfera n.16: nuova legislatura e totalitarismo liberale, sessant’anni di “Concilio”, Gomez Davila rivisitato (Fragmento). Radio Spada, 15 de Octubre de 2022 (Traducción propia).
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