En el interior del Asia, los nestorianos proseguían la obra de sus misiones, favorecidos por los príncipes mahomentanos con preferencia a todas las otras sectas cristianas y apoyados largo tiempo por sus escuelas de Nísibe, Edesa y Seleucia. Y ya al entrar al siglo XI, lograron conducir al bautismo a un rey de los keraitas –pueblo tártaro que habitaba al sur del lago Baikal–, rey que anduvo bajo el nombre de Preste Juan en los relatos, en parte fabulosos, del Occidente. Pero noticias más informativas sobre este rey cristiano (Joánnes Presbýter) trajo el obispo armenio de Gabala, que en el 1145 se condujo por el Papa Eugenio III; y un médico del Papa, que después hizo el viaje a Tartaria, las confirmó en parte [i].
Alejandro III recibió de un sucesor de este Wang-Han (u Ong-Han) un enviado, al cual consagró obispo y reenvió a este «rey de las Indias», a fin de ganarlo a la Iglesia romana (1177) [ii]. Mas no se obtuvieron mayores éxitos, que ya en el 1202 los mongoles conducidos por Gengis Kan (ᠴᠢᠩᠭᠢᠰ ᠬᠠᠭᠠᠨ, Chiñguis Jagan) se apoderaron del reino de los califas nos menos que del país de Wang-Han, y en adelante se lanzaron a hacer presa hasta en Polonia, Hungría y Alemania. Los nestorianos perdieron todo crédito; pero con todo esto los cristianos eran en general tolerados.
El conquistador tuvo como mujer una nieta del muerto Wang-Han, y con esto el cristianismo tuvo también algún lugar en su corte. El hijo mayor de Gengis Kan, llamado Chagatai (ᠴᠠᠭᠠᠲᠠᠶ, Chaghadai), que reinaba en la región oriental de Samarcanda, parece que fuese cristiano, y igualmente la viuda de su hermano Ogodei, el cual emprendió nuevas expediciones en Europa. El hijo de ella, Guyuk, no era cristiano, es verdad, pero tenía en torno a sí sacerdotes cristianos e inclusive, en su tienda una capilla para el culto cristiano.
Los Papas se dispusieron a convertir por medio de los predicadores de la fe a tales conquistadores. Inocencio IV en 1245 envió algunos monjes al gran Jan Guyuk y a su lugarteniente Baiju Noyon. Laa dos legaciones llegaron pronto a sus lugares de destino; pero ni los franciscanos en la corte del gran Jan rodeado de nestorianos, ni los dominicos en la del supremo gobernador de Persia consiguieron su intento. Cerca al 1249, el rey San Luis envió desde Chipre al mismo Guyuk algunos dominicos y en 1252 franciscanos a su sucesor Möngke y al príncipe mongol Sartaq. En 1253, el Papa dio comisión al cardenal Otón de Túsculo para consagrar como obispos algunos mendicantes y enviarlos con los poderes necesarios entre los tártaros. En esta corte reinaba tal sincretismo religioso, ninguna religión era abrazada declaradamente como religión de estado, y a veces hacían sus ritos los sacerdotes nestorianos y latinos, los bonzos paganos y los imanes musulmanes.
Se aspiraba también a estrechar amistad con los príncipes cristianos y alianza contra los mahometanos. No obstante tanto los esfuerzos de estos últimos, como de los numerosos nestorianos, el cambio de los respetos políticos, la indiferencia religiosa de aquellos monarcas, la tosquedad y la estupidez del pueblo, la tenacidad de los idólatras por su culto y finalmente también la ignorancia de la lengua y de las costumbres de aquellas tierras impidieron la obra de los fervorosos hijos de San Francisco y de Santo Domingo. Con todo esto, el rey de Armenia Haitón parece había inducido a recibir el bautismo, junto con algunos cortesanos suyos, al gran jan Möngku, al cual también llegó el valeroso franciscano Guillermo de Rubruquis, en 1253, en Karakórum [iii].
Card. JOSÉ HERGENRÖTHER HORSCH, Historia universal de la Iglesia, vol. 6: “Federico II, los árabes y el Oriente, la Inquisición medieval”.
NOTAS
[i] Assemani, Bibliothéca Orientálium, III, 1, pág. 96 s. El nombre de preste Juan es explicado por algunos con esto, que el rey convertido de los Keraitas se llamaba Ong-Han, o Wang-Han (王汗, Gran Han), que fue vuelto en Joann. Rex, o que el Han recibió en el bautismo el nombre de Juan. Wang-Han/Ong-Han quiere ser un título de honor dado por los emperadores de la China a los príncipes tártaros de Karakoum. Tal vez se intercambió tambien Han con ܩܳܫܳܐ [qaša, la palabra caldea que es para] “sacerdote”. Cfr. Gustav Oppert, Der Presbyter Johannes in Sage und Geschichte, 2a ed. Berlín, 1870. Obispo Hugo de Gabala, en Otón de Frisinga; Chrónica de duábus civitátibus, VII, 33.
[ii] Alejandro III, Epíst. 1322 para el maestro Felipe (Migne, Patrología Latína CC, col. 1148). Roger de Hoveden, Annálium Anglicárum, año 1178, pág. 61.
[iii] August Potthast, Regésta Pontíficum Romanórum, n. 982, 1225, 1253. Vicente de Beauvais, Spéculum históriæ, libro 31, cap. 33 s. Haitón de Córico, Histótia Orientárium sive de Tártaris c. 23, 25, 26, ed. Colonia de Brandenburgo, 1671. Gregorio Barhebreo (Abulfaragio), en Assemani, Bibliothéca Orientálium III, 2, págs. 102 s., 531 s.
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