En una entrevista escrita para la revista mensual alemana Herder Korrespondenz, donde le canta las cuarenta a sus compatriotas que hacen distinción entre la “fe oficial” y la “fe vivida” y atribuye a esta distinción el auszug (éxodo) de los fieles, el otrora Papa Benedicto XVI Ratzinger Tauber dijo que la “desmundanización” (en alemán Entweltlichung, neologismo derivado de la filosofía de Martin Heidegger y que Ratzinger empleó en su discurso en Friburgo de Brisgovia el 25 de septiembre de 2011 durante su último viaje a Alemania como “Sumo Pontífice” actuante) ha sido malinterpretada como un desconectarse de la realidad material en nombre de la fe:
«Ante todo, pues, el creyente es una persona que se interroga a sí misma, una persona que debe encontrar continuamente la realidad de esta fe detrás y en contra de las realidades opresivas de la vida cotidiana. En este sentido, la idea de una “fuga hacia la doctrina pura” me parece absolutamente irreal. Una doctrina que sólo existe como una especie de reserva natural, separada del mundo cotidiano de la fe y sus exigencias, representaría en cierto modo una renuncia a la propia fe. La doctrina debe desarrollarse en y a partir de la fe, no junto a ella».
Más allá del flagrante intento desesperado de Vatican Media y su director Andrea Tornelli para justificar la alergia de Bergoglio a las definiciones, hay que ver que Ratzinger con estas solas palabras ha echado por la borda sus 24 años de carrera en la Congregación para la Doctrina de la Fe (Ratzinger fue prefecto de dicho dicasterio desde 1981 hasta su “elección” como “Papa” en 2005), donde combatió inter ália, a la “Teología de la Liberación” y a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
Pero esas palabras no son las primeras en que Ratzinger cuestiona la importancia de la Fe y la Doctrina. En el libro-entrevista “Dios y el mundo”, Ratzinger (aún en dicho dicasterio) dijo a su íntimo amigo Peter Seewald en 2001:
«La naturaleza de la fe no es tal que a partir de un momento determinado se pueda decir: yo la tengo, otros no… La fe sigue siendo un camino. A lo largo de nuestra vida sigue siendo un viaje y, por tanto, la fe siempre está amenazada y en peligro. Y también es saludable que de esta manera se escape del riesgo de convertirse en una ideología manipulable. El riesgo de endurecernos y hacernos incapaces de compartir la reflexión y el sufrimiento con nuestros hermanos que dudan y se cuestionan. La fe sólo puede madurar en la medida en que soporta y asume, en cada etapa de la existencia, la angustia y la fuerza de la incredulidad y finalmente cruza para hacerse viable de nuevo en una nueva era».
Y ya “Papa”, en su diálogo con los periodistas en el vuelo a Chequia el 26 de septiembre de 2009, recalcando la presunta internecesidad entre el creyente y el agnóstico, dijo
«Ambos se necesitan mutuamente: el agnóstico no puede estar contento sin saber si Dios existe o no, debe estar en búsqueda y percibir la gran herencia de la fe; el católico no puede conformarse con tener fe, sino que debe estar en búsqueda de Dios, aún más, y en diálogo con los demás re-aprender a Dios de manera más profunda».
En síntesis, el Ratzinger que denunciaba la “Dictadura del relativismo” en su homilía en la “Misa ‘pro eligéndo Pontífice’” el 18 de Abril de 2005, solo lo combatió en la cultura seglar y la ética, pero lo defiende en el asunto de la Fe. Y peor, ahora haciendo de IDIOTA INÚTIL de un Francisco Bergoglio que a pesar de venerarlo “como a un abuelo”, no esperó a que él se muriera para destruir su obra y dilapidar su “legado”.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)