Entre los siete “canonizados” el día de ayer por León XIV Riggitano-Prévost figuraban dos venezolanos: el médico José Gregorio Hernández Cisneros TOSF († 1915) y la religiosa María del Monte Carmelo (en el siglo Carmen Elena) Rendiles Martínez S. de J. († 1977). Noticia por la cual el régimen de Nicolás Maduro Moros, a más de las celebraciones navideñas inauguradas por decreto el pasado 1 de Octubre por tercer año consecutivo, declaró “días de júbilo no laborables” los días 19 y 20 de Octubre y promovió celebraciones en plaza pública en varias ciudades de Venezuela durante los días previos, en un intento de lavar imagen pública y distraer a la población frente a la represión interna que no cesó ni aun en medio de la celebración (de hecho, mientras la televisión estatal mostraba a Maduro —que la semana pasada inauguró sendas estatuas de los caciques Guaicaipuro y Urquía, invocados en el espiritismo marialioncero, en la antigua avenida Francisco Fajardo de Caracas— viendo la ceremonia en el museo dedicado al doctor José Gregorio en el sector caraqueño de La Pastora, era detenido por el servicio de inteligencia el exconcejal opositor del municipio trujillano Rafael Rangel Yorbin Jose Garcia Castellanos mientras participaba en la vigilia del santuario de Nuestra Señora de la Candelaria en Isnotú, patria del médico) y al aislamiento internacional como régimen autoritario y favorecedor del narcotráfico.
Dos días antes, el viernes 17, en la rueda de prensa organizada en la Pontificia Universidad Lateranense, el periodista venezolano Édgar José Beltrán Bermúdez, corresponsal en el Vaticano de The Pillar Catholic, fue agredido por el magnate venezolano Ricardo José Cisneros Rendiles, que hacía parte de la comitiva enviada por el régimen para la ocasión. Delegación encabezada por la alcaldesa del municipio Libertador de Caracas Almte. Carmen Teresa Meléndez Rivas, el embajador plenipotenciario ante Suiza Roy Chaderton Matos (quien fue abucheado al grito «Eres una vergüenza, eres un Judas» el sábado saliendo de la salesiana basílica del Sagrado Corazón de Jesús en Castro Pretorio en Roma y el domingo fue retratado dormido en plena “canonización”), y un grueso número de diputados, alcaldes, gobernadores, jefes de comunidades y activistas chavistas.
Refiere J. D. Flynn, editor en jefe de The Pillar, que mientras Beltrán le preguntaba al arzobispón Édgar Franklin Peña Parra, Sustituto de Asuntos generales de la Secretaría de Estado [= Ministro del Interior y Jefe de personal] sobre si había un riesgo de que la “canonización” del “Doctor José Gregorio” y la “Madre Carmen” fuese politizada por Maduro, Cisneros se le acercó por la espalda al periodista y le tiró el micrófono al suelo y lo agarró del cuello y empujó gritándole «Esas cosas demasiado delicadas no se preguntan», a lo que Beltrán le respondió «Estamos en un país libre. Ya no estamos en Venezuela». Cisneros trató de agredirlo nuevamente hasta que fue detenido por varias personas y retirado del recinto. Todo ante la atónita mirada de Peña Parra.
Tres días despues del incidente, hoy lunes 20, Cisneros leyó (en camisa con cuello bien planchado y con su misma boquita de comer con que increpó antes al periodista) la primera lectura en el servicio de acción de gracias presidido por el cardenal secretario de Estado y otrora nuncio en Venezuela Pietro Parolin Miotti, la cual fue (cosa irónica) Isaías 58, 6-11, donde su conciencia (si es que tiene) lo traicionó diciendo «Serás un huerto bien regalado», en vez de «bien regado». ¡BÁILAME ESE TROMPO EN LA UÑA!
Ricardo José Cisneros Rendiles, de 78 años de edad, es el gerente de Cisneros Corporation, que ha mantenido relaciones comerciales con el régimen desde los tiempos de Hugo Chávez. Para muestra, el año pasado logró a través de su firma Globalable Holding S. L. un acuerdo con la estatal Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA) para crear la petrolera Petrocabimas, en un intento de aumentar la por años alicaída producción de petróleo (acuerdo que fue suspendido por no contar con aprobación de la Asamblea Nacional venezolana ni el permiso de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos). Ricardo, como gerente operativo del Grupo Cisneros fundado por su padre el magnate cubano-venezolano Diego Jesús Jiménez de Cisneros y Bermúdez (Diego Cisneros para los amigos), había comprado en 1984 la cadena de almacenes Galerías Preciados expropiada el año anterior por el presidente socialista Felipe González al grupo Rumasa (para venderla nuevamente tres años después por las pérdidas, y acabar absorbida por su rival El Corte Inglés en 1997). Para más inri, es sobrino de la novel “santa” por su madre Albertina María.
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