En Filipinas, existe el movimiento internacional “Ama a nuestro Papa” (en inglés “Love our Pope” Movement International), fundado por el teólogo y profesor José Mario Bautista Maximiano, con el propósito de «promover y explicar a la gente las reformas al interior de la Iglesia. En el caso del
Maximiano Bautista dijo que el movimiento nació dentro de la etapa nacional del Sínodo sobre la Sinodalidad, diciendo: «LOPM Internacional es uno de los frutos más significativos del proceso sinodal iniciado por el Papa Francisco en 2021, con el Padre de Familia “caminando junto” con sus hijos. En el proceso sinodal, leímos los signos de los tiempos y sentimos la necesidad de la existencia de un movimiento global, un movimiento iniciado desde abajo, de los fieles en el terreno».
«Parte de esto es nuestro objetivo de persuadir a la mayoría silenciosa, a los cristianos confundidos y a los escépticos en las bases y entre los líderes de la Iglesia para que se conviertan en partidarios vigorosos del Vicario de Cristo. Nuestro objetivo es que más personas amen a Dios y amen al Papa. Amar a nuestro Papa es una manifestación concreta de nuestro amor a Jesús. El amor en el movimiento se expresa a través de palabras y hechos», concluyó.
COMENTARIO: El licenciado Maximiano Bautista olvidó (o no leyó) lo que fray Melchor Cano OP, obispo emérito de Canarias y provincial de los dominicos de España, escribió en plena época del Concilio de Trento:
«Aquellos que, temeraria e indiscriminadamente defienden todo juicio del supremo Pontífice sobre cualquier tema, socavan la autoridad de la Sede Apostólica y no la sostienen; destruyen, en lugar de fortalecer, sus cimientos. Porque… ¿de qué aprovechará que, en las disputas con los herejes, se defienda la autoridad pontificia no con el juicio, sino con el sentimiento; o que al hacerlo, en vez de sacar por la fuerza de la disputa la luz y la verdad, se conviertan al sentimiento y la voluntad de otros? Pedro no tiene necesidad de nuestras mentiras, ni de nuestra adulación» (De los lugares teológicos, libro quinto, cap. V, respuesta al argumento 4.º).
Y años atrás, el padre Leonardo Castellani dijo:
«Existen entre nosotros fulanos que piensan es devoción al Sumo Pontificado decir que el Papa “gloriosamente reinante” en cualquier tiempo “es un santo y un sabio”, “ese santazo que tenemos de Papa”, aunque no sepan un comino de su persona. Eso es fetichismo africano, es mentir sencillamente a veces, es ridículo; y nos vuelve la irrisión de los infieles. Lo que cumple es obedecer lo que manda el Papa (como estos no siempre hacen) y respetarlo en cualquier caso, como Pontífice; y amarlo como persona, cuando merece ser amado» (Las Parábolas de Cristo, pág. 131).
Y pensar que esta descripción se ajusta a episodios como la imagen de Bergoglio puesta a veneración pública, el “credo bergogliano”, las febricitantes defensas que hacen algunos conciliares en medios convencionales y/o redes sociales (y de los que cabe cuestionarse las más veces si cumplen siquiera los Mandamientos de la Ley de Dios y los deberes propios de su estado), y ahora esto que, si es una broma, es de mal gusto y no hace gracia.
Ahora bien, repasemos las «enseñanzas papales» de Bergoglio:
- Laudato si’: Los “pecados ambientales” inventados por el mundano patriarca Bartolomé I Archindionis del Fanar.
- Amóris lætítia: Los divorciados con segundas nupcias pueden recibir los “sacramentos”, y alentar a los homosexuales a seguir su vida de pecado.
- Fratelli tutti: Globalismo masónico e indiferentismo religioso.
- Traditiónis custódes: Rechazo a la Misa Romana Tradicional.
- Prædicáte Evangélium: Reformas sin orientación y contradiciendo la colegialidad conciliar, para laicizar más la Curia en nombre de un supuesto “sacerdocio común dd los fieles”.
- Sínodo sobre la Sinodalidad: Oda al autoritarismo de Bergoglio, y episodios de ridiculez.
Y de atenernos a sus discursos y palabras, y al índole narcisista y psicópata que ha tenido desde sus días en la Argentina, a Bergoglio nada más lo quiere su familia dél, pero del resto, poco y nada bien. Y si en vida ya no llena la Plaza de San Pedro, ¿qué se le dejará cuando muera? ¿Sus adoradores por ventura se enterrarán vivos con él? Porque sepan los bergogliólatras que como hombre que es, hecho del mismo barro que los demás, Bergoglio morirá un día, pero Dios Uno y Trino vive por sí mismo, y no puede morir.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)