Según medios alemanes, el arzobispón Georg Gänswein Gromann, Prefecto de la Casa Pontificia y ex-secretario privado de Benedicto XVI Ratzinger, fue enviado de vuelta a su diócesis de origen (Friburgo de Brisgovia, Alemania), a donde debe regresar a más tardar el próximo 1 de Julio, sin ninguna asignación ministerial. La decisión le habría sido notificada por Francisco Bergoglio en una audiencia privada el 19 de Mayo.
Al respecto, Silere Non Possum precisó que si bien a Gänswein no se le asignó ministerio alguno (contrariando la constitución “Prædicáte Evangélium”, la cual establece en su artículo 17 § 4 que terminado su servicio en el Vaticano, a los clérigos se les debe asignar actividad pastoral en su diócesis de origen), él tiene libertad de establecerse donde a bien lo considere, porque la obligación de residencia solo se impone al asignarse beneficio o cuando se ordena arraigo en un proceso canónico.
Mientras, según comentaron fuentes cardenalicias al sitio italiano Messa in Latino, el Vaticano ordenó que a Gänswein se le suspenda el salario vaticano y se abandonar el piso que tenía asignado en el antiguo edificio Santa Marta y había remodelado con dinero de su propio bolsillo, sin que se le haya comunicado su remoción como Prefecto de la Casa Pontificia y/o una nueva asignación. Una decisión que solo puede provenir personalmente de Bergoglio, cuyo principio «Misericórdes sicut Pater» solo aplica cuando le conviene a él.
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Por otro lado, Gänswein declaró en calidad de testigo ante el tribunal del Vaticano el 12 de Junio en la segunda audiencia de la causa criminal seguida contra el monseñor Massimo Palombella (exdirector de eventos de la Capilla Pontificia musical de la Capilla Sixtina), el laico Michelangelo Nardella (exdirector financiero del coro), y Simona Rossi (esposa de Nardella) por los presuntos delitos de malversación, blanqueo de dinero y fraude, materializados al final de la investigación de cinco años iniciada, a instancias del Papa, en 2018 «sobre los aspectos económico-administrativos del Coro».
La vista comenzó una hora después de lo agendado (estaba para las 16:30h), porque el tribunal estaba resolviendo las solicitudes de nulidad de la defensa presentadas el 24 de Mayo, comenzando por la de nulidad e inutilidad de las pruebas obtenidas ilegalmente, a partir del informe presentado por la Prefectura de la Casa Pontificia (bajo cuya supervisión estaba entonces el Coro) a la Autoridad de Información Financiera en 2018. Las objeciones fueron rechazadas de plano.
Gäswein relató que había recibido quejas sobre Palombella entre 2014 y 2017 por presunto maltrato a los miembros del coro, por lo que se ordenó una visita apostólica. En resultas de esta, se le instruyó hacer una auditoría por los manejos financieros de Nardella. Dijo que si bien había firmado unos recibos por algunos proyectos, no tenía conocimiento del dinero ni hubo seguimiento, porque Palombella decía que estaba todo bajo su supervisión.
La siguiente audiencia está fijada para el 26 de Julio.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)