Traducción del artículo publicado en RADUO SPADA.
Alfonso Salmerón (Toledo, 8 de septiembre de 1515 - Nápoles, 13 de febrero de 1585) fue uno de los seis primeros compañeros de San Ignacio de Loyola. Fue un predicador muy competente y fructífero, legado de los Romanos Pontífices ante los príncipes, profesor de teología, pero sobre todo teólogo de Pablo III, Julio III y Pío IV en el Concilio de Trento. Su gran conocimiento de las Sagradas Escrituras queda patente en sus dieciséis volúmenes de comentarios a los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles y las Cartas Paulinas y Católicas. De esta magnífica obra encontramos el siguiente pasaje, que comenta las palabras «Dios te salve, llena eres de gracia», que revelan la realidad de la inmunidad de María al pecado original:
Alfonso Salmerón (Toledo, 8 de septiembre de 1515 - Nápoles, 13 de febrero de 1585) fue uno de los seis primeros compañeros de San Ignacio de Loyola. Fue un predicador muy competente y fructífero, legado de los Romanos Pontífices ante los príncipes, profesor de teología, pero sobre todo teólogo de Pablo III, Julio III y Pío IV en el Concilio de Trento. Su gran conocimiento de las Sagradas Escrituras queda patente en sus dieciséis volúmenes de comentarios a los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles y las Cartas Paulinas y Católicas. De esta magnífica obra encontramos el siguiente pasaje, que comenta las palabras «Dios te salve, llena eres de gracia», que revelan la realidad de la inmunidad de María al pecado original:
Cristo, como fuente y Cabeza de todos los elegidos, está lleno de esa plenitud de gracia que todos los elegidos han recibido, reciben y recibirán desde el principio del mundo hasta su consumación. María, en verdad, muy cerca de Él y singularmente unida a Él, es llamada llena de gracia, pues le correspondía a la Madre del Mesías poseer tanta de ella como una simple criatura pudiera poseer, y en la medida necesaria para que, como Madre amantísima, la derramara sobre todos nosotros como hijos; pues fue asumida por Cristo no por necesidad ni incapacidad, sino por su pura bondad, y para comunicar e ilustrar su gloria en su Madre. Esto sucedió para que ella fuera, si se puede decir así, CORREDENTORA, MEDIADORA y COOPERADORA EN LA SALVACIÓN DE LA RAZA HUMANA, y para que todos los fieles, tanto justos como pecadores, por un instinto común de fe y devoción, pudieran acercarse con confianza y refugiarse en ella como ABOGADORA singular que siempre es escuchada por su Hijo debido a su reverencia, en todo momento y en todo lugar para obtener todo bien y beneficio, tanto corporal como espiritual. Esta es la plenitud de la gracia que pertenece a la Madre del Mesías. Los demás, sin embargo, ya sean Apóstoles, Mártires, Vírgenes o Confesores, si se dice que están llenos de gracia, deben entenderse como participantes de la gracia de Dios solo en la medida en que la naturaleza de su oficio o vocación parecía requerirla y postularla.
ALFONSO SALMERÓN SJ. Commentárii in Evangélicam Históriam et in Acta Apostolórum, tomo II, tratado 5.º. En Julián Haineuve SJ, Ephémeris ecclesiástica concionatórum, tomo II, Sermón 4.º de la Anunciación: “De la necesidad de la Bienaventurada Virgen María para la salvación”, punto 3.º. Colonia, imprenta de Juan Busio, 1665, pág. 416.

El que quiera el texto EN SU IDIOMA ORIGINAL, es este:
ResponderEliminar«Christus, ut fons et Caput ómnium electórum, plenus est, de cujus plenitúdine univérsi elécti ab inítio mundi accéperunt, accípiunt, et in finem úsque mundi accípient. María vero illi próxima, ac singuláriter conjúncta, plena dícitur grátia, quántam Matrem Messíæ habére decébat, quántumque pura creatúra póterat esse capax, et quántum expedíebat ut illa tánquam mater pientíssima in nos omnes tánquam fílios effúnderet: ut pote quæ assúmpta fúerat a Christo, non ex ulla necessitáte, aut impoténtia sua, verum propter suam meram bonitátem et glóriam in matre communicándam, átque illustrándam: nímirum ut esset, si ita lóqui licet, CORREDÉMPTRIX, MEDIÁTRIX, ET COOPERÁTRIX SALÚTIS HUMÁNI GÉNERIS, et ad quam, tánquam ad singulárem advocátam, quæ semper pro sua reveréntia a Fílio exáuditur, commúni fídei instínctu et devotióne omnes fidéles, tam justi quam peccatóres, ad imprecánda ómnia bona átque benefícia, tam corporália quam spirituália, ómni témpore, et omni loco confidénter accédere debérent átque confúgere. Hæc est plenitúdo grátia spectans ad Matrem Messíæ. Réliqui vero sive Apóstoli, sive Mártyres, sive Vírgines, sive Confessóres, si pleni grátia dicúntur, intelligéndi sunt eaténus Dei grátiam participáre, quaténus rátio offícii sui, sive vocatiónis exígere et postuláre vidébatur».
y aquí el enlace, para que lo verifique si a bien lo tiene:
https://books.google.lk/books?id=wVJCAAAAcAAJ&pg=PA457&hl=es&source=gbs_selected_pages&cad=1#v=onepage&q=416&f=false
El que quiera ver, que vea. El que no, que no se queje después.
También aparece en otro libro del mismo autor, titulado Veritátes prácticæ, ex vita Dómini Jesu sanctórumque gestis, tomo II, Ruán 1652, págs. 832-833:
Eliminarhttps://www.google.com/books/edition/Veritates_practicae_ex_vita_Domini_Jesu/e5tiD6hCRMEC?hl=es-419&gbpv=1&dq=%22Hac+est+plenitudo+gratia+spectans%22&pg=PA833&printsec=frontcover