Traducción de la Corona dispuesta por San Andrés Avelino y publicada en Roma en el hospicio de Santa María de los Ángeles en 1839.
CORONA EN HONOR DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos,
Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.
℣. Dios mío, ven en mi auxilio.
℟. Señor, date prisa en socorrernos.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo
℟. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
℟. Señor, date prisa en socorrernos.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo
℟. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
I. Os saludamos, purísima y santísima Madre de Jesús, y por vuestra predestinación con la que desde la eternidad fuisteis elegida por Madre de Dios, por vuestra Inmaculada Concepción con la que fuisteis sin mancha de pecado original, por vuestra perfectísima resignación a la divina voluntad con la que fuisteis siempre conforme, y finalmente por vuestra gran de santidad con la que en toda vuestra vida jamás cometisteis el menor defecto, humildemente os suplicamos, que os dignáis ser nuestra Abogada para con el Señor, a fin de que nos perdone tantos pecados que son la causa de su indignación contra nosotros. Y Vos, Padre omnipotente, por los méritos de estos privilegios de María, oíd y aceptad las súplicas de vuestra muy amada Hija, y perdonad a nosotros sus devotos. Perdonad, Señor, perdonad a vuestro pueblo.
Se reza un Padre nuestro y cuatro Ave Marías.
Por tu Santa Concepción, líbranos, Gloriosa Virgen María.
II. Os saludamos, purísima y santísima Madre de Jesús, y por vuestra santísima Anunciación en la que concebisteis en vuestro seno al Verbo divino, por vuestro felicísimo Parto en el que no sentisteis dolor alguno, por vuestra perpetua Virginidad que unisteis a la fecundidad de Madre, y finalmente por el acervo Martirio que padeciste en la muerte de vuestro Hijo nuestro divino Redentor, humildemente os suplicamos, que os dignéis ser nuestra medianera, a fin de que experimentemos el fruto de la preciosa sangre de vuestro Hijo. Y Vos, Hijo divino, con los méritos de estos privilegios de María; oíd y aceptad las súplicas de vuestra muy amada Madre, y perdonad a nosotros sus devotos. Perdonad, Señor, perdonad a vuestro pueblo.
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Se reza un Padre nuestro y cuatro Ave Marías.
Por tu Santa Concepción, líbranos, Gloriosa Virgen María
III. Os saludamos, purísima y santísima Madre de Jesús, y por los gozos que sintió vuestro corazón en la Resurrección y Ascensión de Jesucristo, por vuestra Asunción al cielo con la que fuiste exaltada sobre todos los coros de los Ángeles, por la gloria con que os coronó Dios como Reina de todos los santos, y finalmente por aquel eficaz valimiento que tenéis de poder lograr todo lo que es de vuestro agrado, humildemente os suplicamos, que os dignéis alcanzamos el verdadero amor de Dios. Υ Vos, Espíritu divino, por los méritos de estos privilegios de María, oíd y aceptad las súplicas de vuestra muy Amada Esposa, y perdonad a nosotros sus devotos. Perdonad, Señor, perdonad a vuestro pueblo.
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Se reza un Padre nuestro y cuatro Ave Marías.
Por tu Santa Concepción, líbranos, Gloriosa Virgen María.
Se reza un Padre nuestro y cuatro Ave Marías.
Por tu Santa Concepción, líbranos, Gloriosa Virgen María.
Luego se reza la Letanía lauretana y se finaliza con lo siguiente:
Antífona: Tu concepción, Virgen Madre de Dios, anunció el gozo al mundo entero: De ti nace el Sol de justicia Cristo nuestro Dios, que rompió la maldición, dio la bendición; y confundiendo la muerte, nos dio la vida sempiterna.
Antífona: Tu concepción, Virgen Madre de Dios, anunció el gozo al mundo entero: De ti nace el Sol de justicia Cristo nuestro Dios, que rompió la maldición, dio la bendición; y confundiendo la muerte, nos dio la vida sempiterna.
℣. En tu Concepción, Virgen Inmaculada fuiste.
℟. Ruega por nosotros al Padre, cuyo Hijo diste a luz.
ORACIÓN
℟. Ruega por nosotros al Padre, cuyo Hijo diste a luz.
ORACIÓN
Dios
de misericordia, Dios de piedad y amor, Dios de indulgencia y perdón,
que compadeciéndoos de la aflicción de vuestro pueblo, dijisteis al
Ángel castigador que lo hería: “suspende tu mano”. Por amor de aquella
Estrella Gloriosa, vuestra Madre purísima, de cuyos pechos os
alimentasteis tan dulcemente del licor milagroso contra el veneno de
nuestros delitos, concedednos el auxilio de vuestra gracia para que
seguramente seamos libres y misericordiosamente salvos de toda peste,
hambre, guerra, muerte repentina y de todo peligro de condenación
eterna. Por Vos, Jesucristo, Rey de la Gloria, y Salvador del mundo, que
vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.
Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.
℣. Virgen de la Inmaculada Concepción.
℟. Sed nuestra salud y protección.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)