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viernes, 17 de diciembre de 2021

BERGOGLIO Y SUS VÍNCULOS JUDÍOS

«En Portacomaro, un abuelo del papa le compró a un judío, en la primera parte de 1800, la única casa existente en la época en la pequeña frazione. Así lo relata el periodista de Turín Giancarlo Libert, autor del libro ‘[Astigiani nella Pampa:] L’emigrazione dal Piemonte, dal Monferrato e dalla provincia di Asti in Argentina’».
Allí, un comentarista acotó:
«El apellido Bergoglio, su origen es judío, y el papa pertenece a la familia de los primeros judíos que llegaron a Italia expulsados de España, y los padres del papa emigraron a Argentina cuando eran jóvenes y se han convertido [en] cristianos católicos para facilitar sus negocios ya que para los judíos era un poco difícil el trabajo en Argentina en aquella época. [Los] documentos no son fiables del todo, pero en Israel hay Rabinos con este apellido y son inmigrantes italianos».
Haciendo cuentas e investigando, se llega a que Francesco Matteo Bergoglio de Mellori (1767 - m. siglo XIX) pudo haber sido ese abuelo que compró la casa al judío a comienzos del 1800. Francesco Matteo era el bisabuelo de Giovanni Angelo Bergoglio Bugnano, abuelo paterno de Jorge Mario. Giovanni Angelo migró de Portacomaro a Turín en 1906, donde se casó al año siguiente con Rosa Margherita Vassallo Crema y quienes migraron con su hijo Mario José Francisco el 31 de Enero de 1929, llegando a Buenos Aires el 15 de Febrero. Mario José contrajo nupcias con Regina María Sívori Gogna el 12 de Diciembre de 1935, de quien nació el infelizmente reinante el 17 de Diciembre del año siguiente, y fue bautizado la semana siguiente por el padre Enrico Pozzoli SDB (años después, en 1955, este persuadirá a Regina María para que le permita a Jorge Mario ir al seminario).
  
Guillermo Borger, presidente de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) entre 2008 y 2014, escribió a Francisco Bergoglio esta carta con motivo de su elección (Fuente: PERFIL):
Tenemos el honor de dirigirnos a su Eminencia Francisco - Don Jorge Mario Bergoglio, con el objeto de expresarle nuestras más sinceras y cordiales congratulaciones con motivo de haber sido nombrado Nuevo Papa, lo que constituye una clara señal del alto prestigio que goza en todo el mundo.
     
Este relevante resultado es sin duda alguna un motivo de orgullo para la Argentina, nuestro país. Da cuenta de la ascendencia de su respetada figura, sensibilidad pastoral, destacada actuación y notable prédica.
    
A las muchas felicitaciones que hoy el mundo se complace en prodigarle, sumamos con satisfacción la de AMIA, Comunidad Judía Argentina,  recordando el honor de haberlo recibido, habiendo podido reafirmar una vez más nuestro vínculo fraterno y cordial que ha quedado plasmado a través de sus expresiones inscriptas en nuestro libro de Visitas Ilustres, en ocasión de su visita a nuestra nueva sede reconstruida, luego del trágico Atentado sufrido el 18 de Julio de 1994.
    
Es nuestro más ferviente deseo que Dios Todopoderoso siga acompañándolo en el camino del compromiso social y humanístico y del respeto entre credos.
    
Hacemos propicia esta ocasión para reiterarle la seguridad de nuestra más alta y distinguida consideración.-
Aparte, este otro artículo, de la Agencia Judía de Noticias (AJN):
EL PAPA FRANCISCO Y LA COMUNIDAD JUDÍA. SU PROFUSA Y CERCANA RELACIÓN CON LA COMUNIDAD JUDEOARGENTINA
 
  
El miércoles 13 de marzo de 2013 no fue un día más para el mundo judío y el Estado de Israel, que también celebraron con expectativas y esperanza la designación del cardenal Jorge Mario Bergoglio como Papa.

La noticia alegró a instituciones, rabinos y judíos comunes, sobre todo de la Argentina, pero no solo porque era un compatriota, sino por su profusa y cercana relación con esta comunidad, que incluye visitas a la AMIA, encuentros con la DAIA, numerosos eventos y diversas salutaciones con motivo de fiestas como Rosh Hashaná (Año Nuevo) y Pésaj (Pascua), incluso a través de la Agencia Judía de Noticias (AJN), ya sea telefónicamente o por correo electrónico.
   
Una rápida recorrida por el archivo de AJN permite advertir, en los últimos ocho años, al menos dos docenas de ejemplos de todo lo descripto.
   
El flamante papa Francisco, que mañana, martes, asumirá oficialmente al frente de la Iglesia católica, ha sabido ser un activo luchador contra la discriminación y el terrorismo, tal como lo demostró en 2005, cuando fue el primero de 85 personalidades que firmaron un petitorio exigiendo justicia para el atentado a la AMIA, por iniciativa de familiares y amigos de víctimas, o suscribió una declaración contra toda forma de fundamentalismo junto con autoridades judías y musulmanas.
   
Y a fines del año pasado, el entonces arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina impulsó encuentros interreligiosos para rezar por la paz en Medio Oriente; el primer evento se realizó en la Catedral Metropolitana y lo propio debía ocurrir en una sinagoga y una mezquita, pero ello finalmente no ocurrió.
    
Bergoglio fue el primer presidente de la Conferencia Episcopal Argentina en visitar el nuevo edificio de la AMIA tras el atentado, el 7 de junio de 2010. Allí depósito una ofrenda floral delante de la placa que recuerda a las víctimas, recorrió la institución y firmó el libro de visitas ilustres.
    
El hoy papa Francisco también trazó buenos vínculos con la DAIA: su presencia en el homenaje a los excombatientes judíos de la Guerra de Malvinas y sus cartas y encuentros –sobre todo en Navidad– no son tan valorados como su rauda respuesta al descontento comunitario y la incipiente ola de antisemitismo que había despertado la polémica película “La pasión de Cristo”.
    
En 2008, el entonces arzobispo de Buenos Aires recibió al presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, quien visitaba la Argentina, y le dejó tan buena impresión que esta entidad, al igual que su rama latinoamericana –en abril pasado recibió a una delegación de la misma–, fueron de las primeras en congratularlo, el mismo miércoles.
   
Bergoglio también desarrolló una gran relación con los rabinos Abraham Skorka y Sergio Bergman, con quienes solía intercambiar cartas, llamados y visitas.
   
Con el primero incluso escribió un libro de diálogo interreligioso, “Sobre el Cielo y la Tierra”, una síntesis de un centenar de horas de conversación entre ambos, además de asistir varias veces –por ejemplo, en Rosh Hashaná de 2007– a su comunidad, Benei Tikvá, donde conoció a Julio Schlosser, su entonces presidente y hoy titular de la DAIA.
   
Respecto de Bergman y su Fundación Judaica, el entonces arzobispo de Buenos Aires prologó «Argentina ciudadana» y asistió a su presentación, en el Planetario porteño, en 2008, así como a un oficio religioso como motivo de Jánuca en la comunidad NCI-Emanu El, el último diciembre, ocasión en la cual encendió la quinta vela (foto).
    
El Rabino Sergio Bergman asistirá a la asunción del Papa Francisco especialmente invitado por el Gran Rabino de Roma.
   
El compromiso del papa Francisco con el diálogo interreligioso también se puso de manifiesto a comienzos de 2009, cuando en la Catedral honró la vida y obra del rabino León Klenicki, quien dedicó más de 40 años a tejer lazos con la Iglesia católica.
    
Y la debilidad del cardenal Bergoglio por los pobres pudo verse con su participación y discurso en el acto de donación de medicamentos por un valor de 60 millones de dólares a hospitales y centros asistenciales de todo el país, coimpulsada por B’Nai B’Rith Argentina, en 2009. Y en noviembre pasado albergó, en la Catedral, una ceremonia de esta entidad en recordación del pogrom nazi conocido como “La Noche de los Cristales Rotos”.
   
Para ahondar en el vínculo entre el papa Francisco y sus “hermanos mayores” también puede recurrirse a sus declaraciones y misivas, como cuando en 2010 pidió “al Todopoderoso por la paz de todas las víctimas, que gocen de Su presencia, y que nunca más se repita entre los hombres una tan horrible tragedia” como la Shoá.
    
Siete meses después, Bergoglio envió sus “mejores deseos” a la comunidad con motivo de las Altas Fiestas: “Me uno en oración a mis hermanos mayores y, por favor, les pido que recen por mí”, solicitó en una muestra de humildad que el miércoles repitió desde el balcón en el Vaticano, antes de bendecir a la feligresía que lo aclamaba en la plaza San Pedro.
     
El entonces arzobispo de Buenos Aires calificó al atentado a la AMIA como «un eslabón más de la cadena de dolor y persecución que el pueblo elegido de D’s ha sufrido en la historia», y en ocasión de su histórica visita al edificio comunitario reveló que su primer empleo fue en la empresa textil de un empresario judío, lo cual quizás sea el origen de su afecto por “la colectividad”.
     
El Estado judío también felicitó al nuevo Papa, tanto su primer ministro, Benjamín Netanyahu, como el Superior Rabinato y el presidente Shimon Peres, quien lo invitó a visitar Tierra Santa.
   
La embajadora israelí, Dorit Shavit, expresó a AJN su confianza en que ello pueda concretarse pronto.
   
Mientras, en la comunidad judeoargentina sueñan con que el Papa visite el máximo edificio comunitario, la AMIA…
No solamente sus antepasados muestran que él es judío: también sus propias acciones demuestra que él pertenece al klal Yisrael (el Pueblo de Israel):
  • Al estreno de la película “La Pasión de Cristo”, y frente a la rabia judía contra el filme y su director Mel Gibson, Bergoglio se hizo invitar a la sede central de la AMIA para apaciguar los ánimos.
  • Cuando era arzobispo de Buenos Aires, él no celebraba la Misa de Navidad en la catedral, sino su vicario general. Por los últimos siete años que estuvo en la sede porteña, se iba a cenar con Claudio Epelman, director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano. Epelman contó al diario LA NACIÓN cómo despedía la noche del 24 de Diciembre: «Yo le decía: “Feliz Navidad”, y él me respondía “Lejaim”, que en hebreo significa “Por la vida”» (cabe preguntarse si participaba de las actividades que hacen los judíos en el Nittel Nacht, “Noche del colgado”: porcionar papel higiénico, jugar cartas o ajedrez, coser, leer el Toledot Yeshu –el relato talmúdico de la vida de Jesús, donde se consignan las peores blasfemias posibles–).
  • Julio Schlosser, rabino de la sinagoga de Buenos Aires, relata que Bergoglio iba a la sinagoga para los selichot (oraciones penitenciales antes del Rosh Hashaná, el Año nuevo judío), y daba una plática formal.
  • La revista estadounidense “Forward” (de los judíos liberales) incluyó en el año 2013 a un recién elegido Francisco Bergoglio como uno de los 50 personajes más influyentes del año para los judíos estadounidenses (¿A quién le harían semejante “distinción” en una revista judía, sino a un judío?).
  • De tanto hacerse invitar a las sinagogas en Buenos Aires y Belgrano para el Rosh Hashaná, el Yom Kipur y el Jánuca, muchos feligreses de estas lo apodaron “rabino Bergoglio”. La famosa foto de Bergoglio encendiendo el candelabro de Jánuca fue tomada el 14 de Diciembre de 2012, en la sinagoga NCI Emanu El dirigida por Alejandro Avruj y Sergio Bergman; este último en varias ocasiones se ha referido a Bergoglio como “mi rabino”:
    «Y como dice mi rabino de referencia, Bergoglio, hoy Francisco, en Laudato Si’, cuidemos nuestra casa y esta madre naturaleza que nos cobija».
  • Cuando el rabino Abraham Skorka (co-presentador con Bergoglio en el programa Entre el Cielo y la Tierra, y coautor del libro homónimo) fue a visitar a Bergoglio en Septiembre de 2013, este último supervisó que la comida fuese kosher (preocupación ídem las veces que sí celebraba la Navidad en la catedral de Buenos Aires) y oró con el rabino. Refiriendo el hecho al diario LA STAMPA, Skorka dijo:
    «Desayunamos, almorzamos y cenamos juntos cada día. Él cuida de mí, y me supervisa la comida, controlando que sea kosher, y según mis tradiciones religiosas. Para mí son días festivos, tengo que hacer ciertas bendiciones a la hora de las comidas y, desarrollo la última oración y la traduzco. Él me acompaña junto con los demás en la mesa, sus secretarios y un obispo, y todos ellos responden al final con un “Amén».
    Skorka (que era invitado a dar clases en el seminario archidiocesano, así como Bergoglio iba a la sinagoga Benei Tikva para el discurso del Rosh Hashaná) contó que diariamente le decía a su esposa que Jorge Mario un día llegaría a ser Papa. Además, en sus distintas conversaciones, cuando emergía el tema de la Shoá, Bergoglio decía que era “un crimen único en la historia de la humanidad”.
Son muchas más las acciones, pero a fin de evitar la prolijidad, se reseñaron estas, que permiten inferir que Bergoglio es un judío.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)