Traducción del artículo publicado en CATHOLIC CHIVALRY.
La Navidad y San Nicolás- Para
 los cristianos, creer que Dios vino al mundo en forma de hombre para 
expiar los pecados de la humanidad, en vez de conocer la fecha exacta 
del nacimiento de Jesús, es el propósito primario en celebrar la Navidad
 por la Iglesia temprana. La mayoría de los cristianos celebran el 25 de
 Diciembre en el calendario gregoriano, que ha sido adoptado casi 
universalmente en los calendarios civiles usados en países alrededor del
 mundo. Sin embargo, parte de las Iglesias Orientales celebran la 
Navidad el 25 de Diciembre del calendario juliano más antiguo, el cual 
corresponde actualmente el 7 de Enero en el calendario gregoriano. 
Durante esta celebración, el cristiano debería honrar (“Latría” es una 
forma de honor de culto reservada solo para Dios Uno y Trino). Muchos 
protestantes confunden las dos formas de honor mientras combinan los dos
 significados distintos en una palabra con el mismo significado. Los 
cristianos también honrarían (dulía, latinazgo para el honor humano, no 
para el culto divino) y oran por San Nicolás y lo recuerdan a lo largo 
de los siglos.
San Nicolás, Obispo de Mira,
 era un cristiano de ascendencia griega, y un santo popular 
tradicionalmente conmemorado en las iglesias orientales y occidental con
 la fiesta de Navidad. En la “Vida de San Nicolás” de Miguel 
Archimandrita, Nicolás oyó de un hombre devoto que una vez fue rico, 
pero que perdió todo su dinero debido a la “trampa y envidia de 
satanás”. El hombre no podía reunir la dote apropiada para sus tres 
hijas. Esto significaba que ellas quedarían sin casar y probablemente, 
en ausencia de cualquier otro empleo posible, ser forzadas a convertirse
 en prostitutas. Nicolás decidió ayudarlas, pero siendo demasiado 
modesto para ayudar a la familia en público, fue a la casa bajo el manto
 de la noche y arrojó una bolsa llena con monedas de oro
 a través de la ventana abierta en la casa. El padre inmediatamente 
acordó un matrimonio para su primera hija, y después de su boda, Nicolás
 arrojó una segunda bolsa de oro por la misma ventana tarde en la noche.
 Después que fue casada la segunda hija, el padre permaneció despierto 
por al menos dos noches, y atrapó a San Nicolás en el mismo acto de 
caridad hacia la tercera hija. El padre cayó de rodillas, 
agradeciéndole, y Nicolás le ordenó no decirle a nadie sobre los dones. La escena de la generosidad secreta de Nicolás
 es una de las más populares en el arte devoto cristiano, apareciendo en
 iconos y frescos alrededor de Europa. Posteriormente él fue arrojado a 
prisión durante la persecución de Diocleciano, pero fue liberado después
 de la ascensión de Constantino. Una temprana lista lo hace un asistente
 del I Concilio de Nicea en el 325. Alrededor de 200 años después de la 
muerte de Nicolás, la iglesia de San Nicolás fue construida en Mira por 
orden de Teodosio II sobre el lugar de la iglesia donde había servido 
como obispo, y sus restos fueron movidos a un sarcófago en esa iglesia. 
En 1087, mientras los habitantes melquitas de la región fueron 
subyugados por los recién llegados turcos seljúcidas musulmanes, y poco 
después que su iglesia fue declarada esta en cisma por la Iglesia 
Católica durante el Gran Cisma Oriental, un grupo de mercaderes de la 
ciudad italiana de Bari removieron la mayor parte de los huesos del 
esqueleto de Nicolás de su sarcófago en la iglesia y los llevaron a su 
patria, donde ahora están custodiados en la Basílica de San Nicolás. Los
 fragmentos óseos restantes fueron removidos posteriormente por marinos 
venecianos y llevados a Venecia durante la I Cruzada. San Nicolás es el 
santo patrono de los marineros, mercaderes, arqueros, ladrones 
arrepentidos, niños, toneleros, prestamistas, personas sin casar y 
estudiantes.
La Revolución protestante y la destrucción de la Navidad- Durante
 la Reforma, los protestantes condenaron la celebración de la Navidad 
como “capturas del papismo” y los “pasquines de la Bestia”. El día de 
Navidad de 1551, un irritado Juan Calvino vio una 
multitud mayor que lo usual en su iglesia en Ginebra. Él dijo: «Ahora 
veo aquí hoy más gente que la que yo acostumbraba tener en el sermón. 
¿Por qué es eso? Es día de Navidad. ¿Y quién os dijo esto? Pobres 
bestias. Eso es un eufemismo adecuado para todos vosotros que habéis 
venido aquí hoy a honrar la Navidad». Calvino estaba diciendo que sus 
parroquianos habían sido engañados por la superstición católica al 
pensar que la Navidad era más importante que cualquier otra reunión 
eclesial. Otros reformadores estaban de acuerdo. Bajo Guillermo Farel, Pedro Viret y Ulrico Zuinglio,
 Ginebra abolió todas las fiestas y días de los santos de Roma. La 
Navidad era demasiado católica en la interpretación protestante.
Invención de Santa Claus- Después
 de la Reforma, las oraciones memoriales a Nicolás fueron abolidas en 
todos los países protestantes de Europa excepto Holanda, donde su 
leyenda persistió como Sinterklaas (una variante 
neerlandesa del nombre San Nicolás). Los colonos neerlandeses llevaron 
consigo esta tradición a Nueva Ámsterdam (actual Ciudad de Nueva York) 
en las colonias estadounidenses en el siglo XVII. “Sinterklaas” fue adoptado por la mayoría angloparlante del país bajo el nombre Santa Claus,
 y su leyenda de un anciano amable fue unida con viejos cuentos 
populares nórdicos de un mago que castigaba a los niños traviesos y 
recompensaba con regalos a los niños buenos (Mucho para la acusación de 
“paganismo” contra los católicos). La imagen resultante de Santa Claus 
en los Estados Unidos cristalizó en el siglo XIX, y desde entonces ha 
quedado como el patrón de la fiesta de dar regalos de Navidad. Bajo 
distintos cambios de identidad, San Nicolás fue transformado en una 
figura bonachona dadivosa en los Países Bajos, Bélgica y otros países de
 Europa septentrional. En el Reino Unido, Santa Claus es conocido como Father Christmas (el Padre de la Navidad).
La Navidad, PROSCRITA en las colonias gobernadas por protestantes- Cuando
 un parlamento puritano triunfó sobre el rey Carlos I de Inglaterra, 
poco después fue prohibida oficialmente la Navidad (1647). Estallaron 
revueltas pro-Navidad en varias ciudades. Por varias semanas, Canterbury
 fue controlada por los revoltosos, que decoraron los pasillos con ramas
 de acebo y gritaban consignas realistas. La Restauración abolió la 
prohibición, pero la celebración de la Navidad aún era desaprobada por 
el clero anglicano. Los puritanos que partieron de Inglaterra en 1630 
para fundar la Colonia de la Bahía de Massachusetts trajeron consigo 
algo que puede parecer sorprendente para un grupo de devotos cristianos,
 que es el desprecio por la Navidad. Una de las más grandes razones es 
la acusación que la Navidad Católica era solo un vástago de la 
“Saturnália”, un día festivo de la Roma pagana. En contravía de las 
prácticas modernas, los puritanos mantenían sus negocios y escuelas 
abiertas y las iglesias cerradas en Navidad, una festividad que algunos 
despreciaban como “Fools-tide” (Tiempo de Tontos). En 1659, la Corte 
General de la Colonia de la Bahía de Massachusetts hizo de la celebración pública de esta fiesta una ofensa penal,
 y declaró que «cualquiera que fuere hallado observando tal día como 
Navidad o similar, o absteniéndose de trabajar, festejando, o cualquiera
 otra manera» era sujeto a una multa de 5 chelines.
La Navidad en los Estados Unidos después de la Independencia- La
 Navidad permaneció siendo un tema controversial. En la Ciudad de Nueva 
York, los fundamentalistas bíblicos hicieron blanco de los católicos 
recién llegados. Vedada la migración a la ciudad bajo el Inglés, después
 de la independencia se abrieron de par en par las puertas y tanto 
irlandeses como alemanes entraron a los vecindarios étnicos. La Misa de 
media noche de Navidad era el objetivo usual de su ira acumulada. En 
1806 cincuenta reformadores se reunieron fuera de la recién dedicada 
iglesia de San Pedro para atacar a los feligreses. La información del 
ataque circuló, y los feligreses que llegaron para los servicios 
matinales iban armados con porras, piedras y trozos de ladrillos. La 
policía intentó separar a los antagonistas, un oficial (Christian 
Luswanger) fue muerto, y los protestantes saquearon la iglesia e iban a 
invadir “Irishtown” donde causaron estragos.
Tan tarde como 1855, la creciente celebración de la Navidad aún era despreciada por muchas iglesias. El Daily News
 de Nueva York informó el 26 de Diciembre de 1855: «Las iglesias de los 
presbiterianos, bautistas y metodistas no abrieron el 25 de Diciembre, y
 no aceptaron el día como Santo». El escritor continuó que las iglesias 
episcopalianas, católicas y alemanas estaban abiertas y decoradas con 
perennifolios para la fiesta.
Los
 protestantes nativos no solo se opusieron a la Navidad. Tuvieron como 
objetivo las estatuas, las cuales desfiguraban rutinariamente, atacaban a
 las monjas en las calles, y los bares y tabernas irlandesas y alemanas,
 que desacraban el sabat abriendo el domingo por la tarde. Pero la 
llegada masiva de católicos irlandeses y alemanes parecía ser una ola 
que ni siquiera el más ferviente cristiano basado en la Biblia pudo 
resistir.
La participación judía en una secularización más completa de la Navidad- Los
 judíos de la Ciudad de Nueva York, medio millón de judíos de Europa 
oriental del Lower East Side de Manhattan y Brownsville en Brooklyn 
tenían poca opción que enviar a sus hijos a las escuelas públicas del 
vecindario. Al tiempo que aprendían el inglés, saludaban la bandera, 
recitaban el Juramento de Lealtad, aprendían historia estadounidense, 
celebraban el día de Acción de Gracias y el 4 de Julio y hacían 
referencia al Webster’s Dictionary of the American-English language,
 celebrar la Navidad era parte del proceso de americanización. Las pocas
 yeshivot religiosas cobraban la matrícula, y los nuevos inmigrantes a 
duras penas podían subsistir, mucho menos hallar fondos para una escuela
 privada. Como los presbiterianos, la mayoría de los judíos consideraban
 la Navidad como un festivo seglar estadoundense en las mismas líneas de
 la Acción de Gracias y el 4 de Julio. Algunos judíos objetaban el canto
 de himnos abiertamente religiosos en las escuelas, y la Unión de 
Congregaciones Judías Ortodoxas incluso montó un boicot escolar contra 
las escuelas públicas en Brownsville con el cambio de siglo.
El
 New York Tribune del 25 de Diciembre de 1904 informó: «Los judíos 
guardan la Navidad. Los niños la demandan en el East Side, y así se 
resolvió» El artículo escribía: «Santa Claus visitó el East Side anoche y
 aduras penas dejó un inquilinato». El reportero preguntó a «un 
funcionario de una de las grandes sinagogas del East Side» si le 
permitía a su pueblo celebrar la Navidad. El funcionario declaró: «No 
hay razón por la que no deberíamos celebrarla. La Navidad ya no tiene ningún significado religioso.
 Al menos en la cosmopólita Nueva York». Continuó que si él les hubiese 
ordenado no celebrar el feríado, le habrían demandado saber el por qué. 
Él entonces tendría que describirlo todo lo que es la fiesta, “y eso a 
sus ojos le habría dado significado religioso al día».
En lugar de resistir, los judíos emprendieron una campaña concertada para secularizar la fiesta.
 Muchos judíos pusieron árboles de Navidad, y los niños judíos clamaron 
por regalos justo como sus amigos cristianos. La Navidad no era una 
fiesta religiosa cristiana sino un festivo nacional estadounidense. En 
su libro Is Judaism Compatible with American Civil Religion?: The Problem of Christmas and the ‘National Faith’ (¿El judaísmo es compatible con la religión civil estadounidense?: El problema de la Navidad y la ‘Fe Nacional’),
 Jonathan D. Sarna escribió que los judíos consideraban la Navidad parte
 de lo “santo para las familias estadounidenses”, lo que incluía 
vínculos familiares, reuniones de amigos, valores atemporales, armonía 
doméstica, fraternidad entre todas las personas, amor y paz duradera.
Entre
 los judíos que contribuyeron poderosamente para esta secularización de 
la Navidad estaba Irving Berlin, un inmigrante de Rusia que compuso el 
favorito navideño de todos los tiempos “White Christmas” (Blanca 
Navidad) en 1942. No hay mención de Jesús o la religión. La ansiosa espera por la nieve remplaza cualquier expectación por el arribo del Mesías [En el hemisferio norte. En el sur, en cambio, la espera sería por el sol estival, N. del T.].
 A Berlin se unieron “Rudolph the Red-Nosed Reindeer” (Rodolfo, el reno 
de la nariz roja) de Robert May (1949), “Let It Snow, Let It Snow” (Que 
nieve, que nieve) por Sammy Cahn (Cohen), “Silver Bells” (Campanas de 
plata) por Jay Livingston (Levinson), “Rockin’ Around the Christmas 
Tree” (Cantando alrededor del Árbol de Navidad) por Johnny Marks, y 
otros favoritos de la secular Temporada Festiva.
El rabino Joshua Eli Plaut describió esta estrategia judía de lidiar con lo que Jonathan Sarna llamó el “Problema de la Navidad en A Kosher Christmas: ‘Tis the Season to Be Jewish (Una Navidad kosher: Esta es la temporada para ser judío). Él cita la novela Operación Shylock de Philip Roth, donde Roth blasona que Irving “descristianizó” la Navidad. «Él volvió la Navidad en una fiesta sobre la nieve, hizo su religión un schlock» (expresión yidís para algo barato, de pacotilla o inferior). Continuó Roth: «Si
 suplantar a Jesucristo con la nieve es capaz de hacer agradable la 
Navidad a mi pueblo, entonces que nieve, que nieve y que nieve».
 La secularización permaneció como la principal estrategia judía de 
copia hasta la II Guerra Mundial, cuando la elaboración del Jánuca como 
alternativa judía la remplazó.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)