Un detalle muy evidente en el belén que el Vaticano exhibirá este año (y que fue inaugurado el día de hoy en presencia del embajador peruano ante la Santa Sede Jorge Eduardo Román Morey, el obispón de Huancavelica Carlos Alberto Salcedo Ojeda OMI, la arquitecta Natalí Santana Girón y el artesano Manuel Breña Martinez) es la presencia de las llamas. Quizá no significa nada para un lector no especializado, pero la realidad es que en las religiones andinas, las llamas son una de las ofrendas que se hacen a la Pachamama, y también a las huacas (demonios) en cuevas y minas. En este último aspecto, traemos a comento la investigación de Nicky Pío sobre uno de esos demonios, conocido como El Tío y adorado en Cerro Rico del Potosí (Bolivia). Recomendamos hacer la oración a San Miguel Arcángel y un Ave María antes de leer este artículo (tomado de SAN MIGUEL ARCÁNGEL):
¿CONOCEN A EL TÍO?: ES UN DIABLO QUE GOBIERNA EL INFRAMUNDO (IGUAL QUE LA PACHAMAMA) DE LAS MINAS DE BOLIVIA
Muy
por debajo de la superficie de la mina más infame de Bolivia, hordas de
trabajadores escavan las paredes rocosas del túnel con la esperanza de
encontrar incluso un fragmento de mineral de plata. Su trabajo es
notoriamente peligroso, cobrando un promedio de 14 vidas por mes. Para
mitigar el riesgo, los mineros rinden homenaje al señor del inframundo,
una deidad demoníaca conocida como El Tío.
Los
mineros de Cerro Rico hacen ofrendas diarias a su estatua de El Tío, en
la creencia de que les permitirá volver con seguridad a sus familias
ese día. Según la creencia, al diablo no le gusta que lo dejen solo. Los
mineros van y se sientan con el ídolo para hacerle compañía,
compartiendo sus vicios favoritos de alcohol y cigarrillos.
Cada
año, el 1º de agosto (día de la Pachamama, demonio femenino del
inframundo ¿qué casualidad?), un grupo de yatari (médicos brujos
indígenas) visitan Cerro Rico para realizar un sacrificio ritual con la
esperanza de apaciguar al demonio. A continuación una o más llamas
(animal preferido también para el ritual sangriento de la Pachamama ¿Qué
casualidad?) se sacrifican fuera de la mina y su sangre se extiende por
la entrada, la maquinaria y las vetas activas de mineral. Luego se
retira el corazón de la llama y se lo lleva adentro para colocarlo a los
pies de la estatua. Todos deben abandonar la mina después de la
sangrienta ceremonia para darle a El Tío algo de tiempo para disfrutar
de su comida.
Toda
esta adoración al diablo crea un conflicto de intereses. Los mineros
son, después de todo, católicos devotos y asistentes regulares a la
iglesia. Curiosamente, han encontrado una manera de separar por completo
sus dos creencias contrastantes. Dios es adorado como el gobernante del
mundo de arriba, mientras que El Tío es el señor de las minas de abajo.
El Tío nunca es sacado de la mina, mientras que cualquier cosa
relacionada con el cristianismo tiene prohibido ser pronunciada en el
inframundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración es causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)