Noticia tomada de GLORIA NEWS, ampliada en algunos detalles. Comentario propio.
El presbítero conciliar irlandés Fergal MacDonagh, de 62 años y párroco de Nuestra Señora de los Dolores en Dolphin’s Barn (suburbio de Dublín) participó el sábado en las protestas pro-Ucrania frente a la Embajada de Rusia, y durante una entrevista a la cadena estatal RTÉ arrojó una cubeta de pintura roja a las puertas de la mencionada sede diplomática, siendo después retirado del sitio por elementos de la Garda (Policía irlandesa) porque MacDonagh habló entonces de destruir hasta sus cimientos el edificio con un incendio provocado mientras sonaba una alarma de fondo (recordando el incendio de la embajada británica en la plaza Merrion de Dublín el 2 de Febrero de 1972 en el marco de las protestas contra la masacre del “Domingo Sangriento” perpetrada en Derry, Irlanda del Norte, por el 1.º Batallón del Regimiento de Paracaidistas del Ejército británico, contando con la inacción del gobierno de Éamon de Valera y la modernizada “jerarquía eclesiástica” de Irlanda para ayudar a las víctimas y la demonización de la resistencia nacionalista).
Si bien MacDonagh ha recibido mensajes de apoyo en su correo electrónico (e incluso, dos abogados ofrecieron defenderlo gratuitamente frente a un eventual proceso penal por daño a la propiedad), el arzobispón de Dublín Dermot Farrell se desligó de tal actuación en un comunicado de hoy: «Este tiempo es para hacer la paz y dar testimonio de la paz, no para el llamado sin sentido a la violencia», añadiendo que ninguna dignidad de la archidiocesana apoyó el proceder de MacDonagh.
El 7 de Octubre de 2020, MacDonagh (egresado del antiguo seminario de la Santa Cruz de Clonliffe) invitó al imam musulmán local para participar de un servicio de oración por el comienzo del año escolar en el colegio femenino Loreto. El imam leyó un pasaje del Corán e hizo esta oración: «Oh Señor, toda alabanza sea a ti, y te pedimos que envíes saludos y paz a todos tus amados siervos, Abrahán, Jesús, Mahoma, David, a todos ellos», durante la cual el presbítero extendió las manos para reafirmar la “bendición” islámica.
COMENTARIO: Este émulo de los hermanos Berrigan (presbíteros conciliares y activistas estadounidenses), si quería protestar contra el comunismo, pudo pasar también por la Nunciatura. Si por crímenes contra la humanidad, pudo también ir a la embajada de Estados Unidos. Si por las muertes de inocentes, bastaba con ir a cualquier clínica u hospital de la ciudad donde se practiquen abortos. Como fuere, el hecho que él se manchó las manos de pintura mientras la arrojaba contra la legación rusa deja ver que él también tiene las manos manchadas de sangre por la Apostasía, que es el peor de los asesinatos que se pueden cometer (porque manda a miles de almas a arder en el Infierno por toda la eternidad).
Por otro lado, se comprueba que la solidaridad en los clérigos conciliares solamente se da entre iguales (presbíteros a presbíteros, obispones a obispones), y en ocasiones se la exigen los superiores a los subalternos, pero cuando un presbítero o laico la pide, nadie de entre los perlados la da. Si traemos este episodio como artículo independiente y no como elemento de uno de los partes de guerra de esta bitácora, es para demostrar el argumento y porque es una muestra más de por qué la secta del Vaticano II no tiene más que ridiculeces.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)