Noticia tomada de GLORIA NEWS.
«Todos sabemos que [“Tucho”] Fernández ocupa un lugar que le queda muy grande», escribió ElWanderer el día 10 de Noviembre, refiriéndose al más reciente error de “Tucho” al devaluar los títulos marianos de Corredentora y Medianera de todas las Gracias.
Víctor Manuel “Tucho” Fernández Martinelli es el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe «merced al nepotismo y afán de revancha que caracterizaba al Papa Francisco, su valedor. No tiene ni la preparación, ni la capacidad, ni el temple para ocupar un puesto de tanta importancia en la Iglesia».
Wanderer demuestra su punto con el caos que “Tucho” causó con su panfleto homosexual ‘Fidúcia súpplicans’.
Además, desde la presentación del infame documento contra la Santísima Virgen la semana pasada, «se ha escrito muchísimo sobre el tema y se han destacado las incoherencias, la falta de fundamentación teológica y lo inoportuno del texto».
La autoridad de un pornógrafo
El Wanderer agrega:
«Resulta cuanto menos extraño e incluso repulsivo que un personaje que, siendo sacerdote, escribió libros explicando las diferencias entre el beso de labio y el beso de lengua, y entre el orgasmo femenino y la insaciabilidad sexual masculina, pueda, algunos años más tarde, redactar y firmar un documento que lacera la devoción que los católicos profesamos a la Mater populi fidelis. ¿Qué autoridad moral o capacidad de discernimiento teológico puede tener un pornógrafo? No te hagás la rata cruel [adaptación por Domingo “Minguito” Tinguitella, personaje creado por el actor argentino Juan Carlos Altavista, del verso “No te hagás la rastacuer” de la milonga “Tortazos”, escrita por Enrique Pedro Maroni en 1930 e interpretada por Carlos Gardel. “Rastacuer” es un término lunfardo derivado del francés “rastaquouère” (que a su vez deriva –irónicamente– del español sudamericano “rastracuero”), que se usaba en la década de 1880 para referirse a los “nuevos ricos”, especialmente a los provenientes de Sudamérica y de las costas del Mediterráneo, N. del E.]».
Wanderer cree que «los documentos de Fernández, más que responder a una necesidad de la Iglesia universal, responden a una necesidad de su psicología y de su biografía».
«Todo recuerda mucho a Roger Peyrefitte».
Una importante insinuación aparece entre paréntesis, luego que Wanderer aborda ‘Fidúcia súpplicans’:
«Al respecto, habría que hacer un par de preguntas al P. Daniel Pellizzón, secretario que fue de Francisco y que, casualmente, fue nombrado en tal cargo prácticamente en los mismo días en que Tucho trepó al puesto que aún hoy ocupa. Recordemos que la homilía de la primeramisade Pellizzón estuvo a cargo del entoncesarzobispode La Plata, Víctor Fernández, y que previo a suordenación, había colaborado estrchamente con él cuando era rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina. Todo recuerda mucho a Roger Peyrefitte y a alguno de sus libros».
El diplomático, periodista y homosexual francés Peyrefitte se hizo famoso por franco y crudo retrato de relaciones homosexuales, particularmente entre las clases cultas y el clero. Además, fue quien “sacó del clóset” a Pablo VI Montini en 1976.
La obsesión de “Tucho”: hablar contra la Corredentora
Sobre los títulos marianos, Wanderer agrega que
«Quienes fueron alumnos de Fernández en la Facultad de Teología de la UCA, recuerdan que el tema de la corredención mariana lo obsesionaba y no dejaba pasar ocasión para hablar en contra de ese título mariano. Pareciera entonces que, llegado a la cumbre en la que hoy se aposenta, se dedica a satisfacer todas sus pequeñas mezquindades y a buscar venganzas de aquellos a quienes considera sus enemigos, sin parar mientes en el mal que sus miserias pueden ocasionar a la Iglesia».
¿“Tucho” quería causar peleas teológicas?
Ítem, Wanderer advierte que el documento mariano de “Tucho” creó una gran y profunda grieta que antes no existía. Antes, los títulos marianos no implicaban discusiones, ni peleas, ni conflictos, ni divisiones dentro de la Iglesia. Particularmente, el título de Corredentora, aunque poco utilizado y enseñado, era celebrado litúrgicamente bajo el análogo “María Medianera de todas las gracias” (aprobado por Pío XI en 1921 a instancias del cardenal Mercier de Malinas; y que en Argentina se celebraba el 7 de Noviembre).
«Lo que ha ocurrido ahora es que se apaleó el avispero y, donde no había un problema, se ha generado una espesa nube de avispas que se están atacando unas a otras, generando divisiones y heridas, justo en el momento en que se inaugura elpapadode León XIV que pretendía ser unpapadode unidad».
¿“Tucho” previó este resultado? «Si lo hizo, e igual lanzó el documento, implica una enorme irresponsabilidad que lo inhabilita para el cargo que ocupa. Si no lo previó, implica una mostruosa incapacidad que también lo inhabilita», responde Wanderer.
León XIV: ¿Manipulador? ¿Hipócrita? ¿Limitado?
Finalmente, Wanderer pregunta por qué León XIV Riggitano-Prévost autorizó la publicación del documento tucho-bergogliano de marras, y postula tres posibles respuestas:
- «La intención de unir nuevamente a la Iglesia no ha sido más que una pantalla utilizada para calmar a algunos espíritus inquietos y no es esa la verdadera misión que se propone».
- «No fue consciente de la división que provocaría [el documento], lo cual es casi peor porque estaría indicando que es un hombre limitado, incapaz de prever las consecuencias de sus actos».
- O «no tiene la personalidad suficiente para frenar en seco las pretensiones de “Tucho” o los deseos póstumos del ilustre difunto [Bergoglio]».
«Sea cual sea la respuesta correcta, pareciera que estamos ante un serio problema», concluye.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)