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sábado, 22 de noviembre de 2025

NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS POR LAS BENDITAS ALMAS

Traducción y adaptación de la Novena publicada en francés en el Manual de la Hermandad para la liberación de las almas del Purgatorio, publicado por el Priorato de Nuestra Señora de Pointet (Fraternidad Sacerdotal San Pío X – Distrito de Francia).
    
ORIGEN
Santa Margarita María nos da el origen de esta práctica: «Harás un “pequeño recorrido” por el Purgatorio en compañía del Sagrado Corazón de Jesús, para pedirle que aplique sus méritos a estas santas almas sufrientes. Y le suplicarás, al mismo tiempo, que use su poder para obteneros la gracia de vivir en el amor y la fidelidad a Nuestro Señor Jesucristo, respondiendo a sus deseos para con nosotros, sin resistencia. Y si pudieras liberar a algunas de esas pobres almas cautivas, estarías muy feliz de tener un abogado en el Cielo para interceder por tu salvación».
   
NOVENA AL SACRATÍSIMO CORAZÓN DE JESUS POR LAS ALMAS DEL SANTO PURGATORIO
    

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato: fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos: al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos: está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica: la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
   
CONSAGRACIÓN
Oh divino Corazón de Jesús, al hacer, en tu compañía, este “pequeño recorrido” por el Purgatorio, te consagramos todo lo que hemos hecho y haremos de bien, con la ayuda de tu gracia, durante este día. También te pedimos que apliques todos tus méritos a estas almas santas. Y vosotras, almas santas del Purgatorio, usad al mismo tiempo todo vuestro poder para obtener para nosotros la gracia de vivir en el amor y la fidelidad a Nuestro Señor Jesucristo, respondiendo sin resistencia a sus deseos para con nosotros. Amén.
   
PRELUDIO
¡Vamos a bajar en el pensamiento por un momento, con el amor del Corazón de Jesús y la abundancia de sus gracias al Purgatorio! ¡Cuántas almas vienen allí, en este momento, a comenzar su dolorosa cautividad! Felices de haber evitado para siempre el infierno… Están salvados… Pero también, exiliados, por un tiempo, de su patria celestial. ¡Qué santa legión, casi enteramente purificada, se prepara hoy para despegar hacia el Cielo! Démosles a estas almas el último voto que acelerará por unos instantes su gozosa partida y pidámosles que se acuerden de nosotros en el Reino eterno.
   
SALMO 50 (“Miserére”)
Ten piedad de mí, oh Dios, según la grandeza de tu misericordia: y según la muchedumbre de tus piedades, borra mi iniquidad.
Lávame todavía más de mi iniquidad, y límpiame de mi pecado;
Porque yo reconozco mi maldad, y delante de mí tengo siempre mi pecado:
Contra ti solo he pecado; y he cometido la maldad delante de tus ojos, a fin de que perdonándome, aparezcas justo en cuanto hables, y quedes victorioso en los juicios que de ti se formen.
Mira pues que fui concebido en iniquidad, y que mi madre me concibió en pecado.
Y mira que tú amas la verdad: tú me revelaste los secretos y recónditos misterios de tu sabiduría.
Me rociarás, Señor, con el hisopo, y seré purificado: me lavarás, y quedaré más blanco que la nieve.
Infundirás en mi oído palabras de gozo, y de alegría; con lo que, viéndome perdonado, se recrearán mis huesos quebrantados o mis ya abatidas fuerzas.
Aparta tu rostro de mis pecados, y borra todas mis iniquidades.
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, y renueva en mis entrañas el espíritu de rectitud.
No me arrojes de tu presencia, y no retires de mí tu santo espíritu.
Restitúyeme la alegría de tu Salvador; y fortaléceme con un espíritu de príncipe.
Yo enseñaré tus caminos a los malos, y se convertirán a ti los impíos.
Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios salvador mío, y ensalzará mi lengua tu justicia.
¡Oh Señor!, tú abrirás mis labios; y publicará mi boca tus alabanzas.
Que si tú quisieras sacrificios, ciertamente te los ofreciera: mas tú no te complaces con solos holocaustos o actos de religión meramente exteriores.
El espíritu compungido es el sacrificio más grato para Dios: no despreciarás, oh Dios mío, el corazón contrito y humillado.
Señor, por tu buena voluntad seas benigno para con Sion, a fin de que estén firmes los muros de Jerusalén.
Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las ofrendas, y los holocaustos: entonces serán colocados sobre tu altar becerros para el sacrificio.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espirítu Santo.
℟. Como era en el princípio, y ahora, y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
  
SALMO 129 “De profúndis”
Desde lo más profundo clamé a ti, oh Señor.
Oye, Señor, benignamente mi voz. Estén atentos tus oídos a la voz de mis plegarias.
Si te pones a examinar, Señor, nuestras maldades, ¿quién podrá subsistir, oh Señor, en tu presencia?
Mas en ti se halla como de asiento la clemencia: y en vista de tu Ley he confiado en ti, oh Señor.
En la promesa del Señor se ha apoyado mi alma: En el Señor ha puesto su esperanza.
Desde el amanecer hasta la noche espere Israel en el Señor.
Porque en el Señor está la misericordia, y en su mano tiene una redención abundantísima.
Y él es el que redimirá a Israel de todas sus iniquidades.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espirítu Santo.
℟. Como era en el princípio, y ahora, y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
   
DÍA PRIMERO
LAMENTAR EL TIEMPO PERDIDO
¿Qué lamentáis, almas santas del Purgatorio, de la tierra que dejasteis?
   
«Lamento el tiempo perdido… No pensé que fuera tan precioso, ni tan rápido, ni tan irreparable… Si lo hubiera sabido… ¡Si aún pudiera…! ¡Tiempo precioso...! Hoy te aprecio como te mereces. Tú me habías sido dado para ser usado enteramente por el amor de Dios, por mi santificación, por el alivio y edificación de mi prójimo. ¡Pero te usé para el placer y para obras que ahora me causan tan amargos pesares!
   
¡Oh vosotros que aún vivís en la tierra, consagrad por nosotros, al Corazón de Jesús, algunas de estas horas en que la gracia se os ofrece con tanta abundancia y con tanta facilidad! De antemano, gracias».
   
ORACIÓN FINAL
Oh Señor, Dios Todopoderoso, te suplicamos, por la preciosísima sangre de Jesús derramada durante su Pasión, que liberes las almas del Purgatorio, y especialmente aquellas que deben entrar antes en Tu gloria, para que comiencen ahora a te bendiga por toda la eternidad y que intercedas incansablemente por nosotros. Amén.
  
JACULATORIA: Dulce Corazón de María, sé nuestra salvación.
      
Rezar un Padre nuestro, diez Ave Marías y un Réquiem.
    
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
    
DÍA SEGUNDO
Por la Señal…
Credo, Consagración, Preludio y Salmos “Miserére” y “De Profúndis”.
   
LAMENTAR LOS BIENES DISIPADOS
¿Qué lamentáis, almas santas del Purgatorio, de la tierra que dejasteis?
   
«Lamento los bienes disipados... Mi fortuna, mi salud, mis talentos, mi posición en el mundo: todo eso hubiera sido para mí un poderoso medio de salvación, si hubiera querido usarlos para la gloria de Dios. ¡Todos estos bienes desaparecieron de mis ojos en el momento de la muerte!
    
¡Ay!, si hoy fuera rico en estos bienes perecederos, ¿qué no daría por adelantar en un grado la gloria que Dios me reserva en el Cielo y por hacer conocer, aquí abajo, la devoción a su Sagrado Corazón?
   
¡Oh vosotros que en la tierra tenéis todavía alguna fortuna! Se os pedirá cuentas de ella... Pensadlo... Utilizadla según la justicia, la piedad y la caridad. Pagad vuestras deudas con los vivos y con los muertos. De antemano, gracias».
   
Rezar la Oración final, la Jaculatoria «Dulce Corazón de María, sé nuestra salvación», un Padre nuestro, diez Ave Marías y un Réquiem.
   
DÍA TERCERO
Por la Señal…
Credo, Consagración, Preludio y Salmos “Miserére” y “De Profúndis”.
   
LAMENTAR LA GRACIA DESPRECIADA
¿Qué lamentáis, almas santas del Purgatorio, de la tierra que dejasteis?
   
«Lamento la gracia despreciada... Me ha sido ofrecida en tan gran abundancia, en cada momento de mi vida: regeneración cristiana, vocación, sacramentos, Palabra de Dios, santas inspiraciones, buenos ejemplos, favores eminentes del perdón después de la caída. ¡Qué gracias!
   
¡Ay! ¡Si tuviera, por un solo instante, la libertad de saciar mi sed en esos manantiales de misericordia que brotan del Sagrado Corazón de Jesús, y que los pecadores y los indiferentes desprecian!
   
¡Oh vosotros que estáis en la tierra! Escuchad a Santa Margarita María deciros desde el Cielo: “No hay nadie en el mundo que no pueda sentir todo tipo de ayuda, si realmente tuvo un amor agradecido a Jesucristo, como aquel que Le testimonió por la devoción a su Sagrado Corazón”».
   
Rezar la Oración final, la Jaculatoria «Dulce Corazón de María, sé nuestra salvación», un Padre nuestro, diez Ave Marías y un Réquiem.
   
DÍA CUARTO
Por la Señal…
Credo, Consagración, Preludio y Salmos “Miserére” y “De Profúndis”.
   
¿Qué lamentáis, almas santas del Purgatorio, de la tierra que dejasteis?
   
LAMENTAR EL MAL COMETIDO
«Lamento el mal cometido. Una vez me pareció tan ligero y agradable. Sofoqué mi remordimiento en medio de los placeres. Ahora su peso me abruma, su amargura me atormenta, su recuerdo me persigue y me desgarra.
   
¡Ay!, si pudiera volver a la vida. Ninguna promesa, ningún placer, ninguna riqueza, ninguna palabra seductora podría inducirme a cometer el más mínimo pecado.
  
¡Oh vosotros que aún tenéis la libertad de elegir entre Dios y el mundo! Mirad las espinas, la Cruz, las llamas que torturaron el Corazón de Jesús; ellas os dirán lo que nuestros pecados le han costado en sufrimiento».
   
Rezar la Oración final, la Jaculatoria «Dulce Corazón de María, sé nuestra salvación», un Padre nuestro, diez Ave Marías y un Réquiem.
   
DÍA QUINTO
Por la Señal…
Credo, Consagración, Preludio y Salmos “Miserére” y “De Profúndis”.
  
LAMENTAR LOS ESCÁNDALOS DADOS
¿Qué lamentáis, almas santas del Purgatorio, de la tierra que dejasteis?
  
«Lamento los escándalos dados. ¡Si, al menos, sólo tuviera que lamentar mis faltas! ¡Si al morir hubiera podido detener las tristes consecuencias de mis escándalos y mis maldiciones!
  
¡Oh vosotros que venís a visitarme en compañía del Sagrado Corazón, y que hacéis resplandecer en mis ojos un rayo de su Luz! Tenéis en Él el camino más seguro y más fácil, cooperando con su gracia y animándoos con su celo, convertir más almas de las que he escandalizado en la tierra.
   
Rezar la Oración final, la Jaculatoria «Dulce Corazón de María, sé nuestra salvación», un Padre nuestro, diez Ave Marías y un Réquiem.
   
DÍA SEXTO
Por la Señal…
Credo, Consagración, Preludio y Salmos “Miserére” y “De Profúndis”.
   
LAMENTAR NO HABER FRECUENTADO LA CONFESIÓN
¿Qué lamentáis, almas santas del Purgatorio, de la tierra que dejasteis?
  
«Lamento no haber asistido lo suficiente al Sacramento de la Confesión. Sí, la confesión es curativa para el alma.
  
¡Oh vosotros que aún estáis en la tierra! ¡Id por nosotros, arrojaos en los brazos del Padre de la Misericordia! De antemano, gracias».
   
Rezar la Oración final, la Jaculatoria «Dulce Corazón de María, sé nuestra salvación», un Padre nuestro, diez Ave Marías y un Réquiem.
   
DÍA SÉPTIMO
Por la Señal…
Credo, Consagración, Preludio y Salmos “Miserére” y “De Profúndis”.
  
LAMENTAR LA FALTA DE CARIDAD CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO
¿Qué lamentáis, almas santas del Purgatorio, de la tierra que dejasteis?
  
«Lamento la poca caridad que tuve en la tierra por las almas del Purgatorio. ¡Podría haber sido tan útil para ellos durante mi vida! Oraciones, limosnas, buenas obras, comuniones, devoción al Sagrado Corazón; ¿qué medios no tenía para consolar a estas pobres almas, cautivas en esta morada de sufrimiento?
   
¡Ay!, si pudiera volver a la tierra, ¿qué Santas Misas no oiría? ¿Cuántas haría ofrecer por todas esas almas olvidadas? ¿Qué oraciones dirigiría al Cielo por ellas? Vosotros todavía podéis hacerlo...».
   
Rezar la Oración final, la Jaculatoria «Dulce Corazón de María, sé nuestra salvación», un Padre nuestro, diez Ave Marías y un Réquiem.
   
DÍA OCTAVO
Por la Señal…
Credo, Consagración, Preludio y Salmos “Miserére” y “De Profúndis”.
  
LAMENTAR NO HABER AMADO MÁS A LA IGLESIA Y LOS SACERDOTES
¿Qué lamentáis, almas santas del Purgatorio, de la tierra que dejasteis?
  
«Lamentamos no haber amado suficientemente a nuestros sacerdotes y a nuestra Iglesia.
   
Amad a vuestros sacerdotes y orad por ellos. Amad a vuestros obispos y al Papado, que son dones de Dios para conduciros al Cielo».
   
Rezar la Oración final, la Jaculatoria «Dulce Corazón de María, sé nuestra salvación», un Padre nuestro, diez Ave Marías y un Réquiem.
   
DÍA NOVENO
Por la Señal…
Credo, Consagración, Preludio y Salmos “Miserére” y “De Profúndis”.
   
LAMENTAR NO HABER AMADO MÁS A MARÍA SANTÍSIMA
¿Qué lamentáis, almas santas del Purgatorio, de la tierra que dejasteis?
   
«Lamentamos no haber amado suficientemente a María, la santa Madre de Dios. Ella es un atajo para llevarnos por el camino del Corazón de Jesús. Ella es una poderosa defensora porque no puede soportar ver a estos hijos en el Purgatorio.
  
Consagraos a Dios a través del Inmaculado Corazón de María; Ella os protegerá de las trampas de los demonios. Rezad el Santo Rosario y encomendaos a Ella. Poned también a vuestros hijos y a toda vuestra familia bajo su protección maternal».
   
Rezar la Oración final, la Jaculatoria «Dulce Corazón de María, sé nuestra salvación», un Padre nuestro, diez Ave Marías y un Réquiem.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)