Desaparecidas las antiguas liturgias estacionales
(Misa ferial en las distintas parroquias de la Diócesis de Roma,
suspendidas luegos de la ocupación de Roma en 1870), las ceremonias
cuaresmales pontificias se trasladaron a la capilla palatina,
principalmente la Sixtina del Palacio Apostólico Vaticano.
Celebrado el Miércoles de Ceniza en los modos descritos,
la vida litúrgica de la Curia Romana preveía, además de las funciones
de cada viernes de Marzo, la celebración de la Capilla Papal cada
domingo de Cuaresma.
El
primer domingo de Cuaresma, un Patriarca presidía la Misa pontifical.
Los cardenales tomaban parte con los hábitos morados típicos de los
períodos penitenciales. El sermón era pronunciado por el Procurador de
los Padres Dominicos, que publicaba enseguida la indulgencia de diez
años. Celebrando, como se dijo, un Patriarca, en el cancel ardían cuatro
cirios, como para los cardenales.
Cardenal en hábito morado, propio de los tiempos de luto y penitencia (Fuente: Salvatore Marroni, Raccolta dei principali Costumi religiosi e militari della Corte Pontificia, Roma, c. 1840)
El
segundo domingo de Cuaresma, cantaba la misa un Arzobispo u Obispo
asistente al solio pontificio. El predicador era el Procurador de los
Franciscanos Conventuales, el cual, una vez terminado el sermón,
publicaba la indulgencia de diez años.
También el tercer
domingo de Cuaresma, cantaba la misa un Arzobispo u Obispo asistente al
solio pontificio, mientras que el honor y la responsabilidad del sermón
le correspondía al Procurador de los Ermitaños de San Agustín, que como
de costumbre, publicaba al final la indulgencia de diez años.
Particular,
solemne y llenísimo de significado era el cuarto domingo, cuando se bendecía la Rosa de Oro antes de la Misa, que era presidida por un
Cardenal presbítero, y el sermón era por parte del Procurador general de
los Carmelitas de la Antigua Regla Monástica (Carmelitas calzados), con la indulgencia de diez años que se otorga por esta función sacra.
Y el Domingo de Pasión, la Misa era celebrada por un Arzobispo o un Obispo asistente asistente al solio pontificio, y el sermón por el Procurador de los Siervos de María (Padres Servitas), si bien antes se acostumbraba que un Obispo fuese el que desempeñase esta labor. También se otorgaba por el sermón otros diez años de indulgencia.
De
esta forma, el Vicario de Cristo, sus Senadores (el Sacro Colegio
Cardenalicio) y toda la Corte y Familia pontificia se preparaban para la
celebración de los Sagrados Misterios de la Pasión y muerte de Nuestro
Señor Jesucristo, qui benedíctus est cum Patre et Sancto Spíritu in sǽcula sæculórum, Amen.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)