Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
Incluso muchos católicos tradicionales desconocen que antes del Anticoncilio Vaticano II, los fieles ya estaban siendo “embrutecidos” en la década de 1950 para la introducción de la corrupta Nueva Misa Latina de 1962, que de hecho fue seguida solo siete años después por la Nueva Misa Protestante-Masónico-Pagana de 1969, completamente falsa (inválida), que sigue siendo la Misa “ordinaria” de la Iglesia Novusordita.
«Queridos Padres de TRADITIO: El 15 de agosto de 2025, festividad de la Asunción de la Santísima Virgen María, asistí a una misa que creí que era la Misa Latina Tradicional. Yo utilizo el Misal Diario de San Andrés de 1945, totalmente tradicional, recomendado en vuestra “Preguntas frecuentes 5: ¿Qué recursos Católicos tradicionales recomendáis?”, sección “Misa - Misales de Fieles” del departamento “Preguntas Frecuentes y Apologética Tradicional” de la Biblioteca de Archivos de TRADITIO Network.
Me sorprendió descubrir que el sacerdote no usaba el formulario de la Misa Latina Tradicional, titulado “Gaudeámus Omnes”, sino uno “modernizado”, titulado “Signum Magnum” Estos dos formularios de misa son completamente diferentes, incluso los Evangelios. ¿Cómo es posible, y cuál es la Misa completamente tradicional?».
RESPUESTA DE LOS PADRES DE TRADITIO: El formulario tradicional de la misa para la festividad de la Asunción de la Santísima Virgen María se titula “Gaudeámus omnes” por las primeras palabras de su introito. Este es el tradicional que se remonta a la Iglesia primitiva. La festividad de la Asunción se “modernizó” en 1951 y entre 1960 y 1962, con la introducción de textos novedosos en lugar de los tradicionales que se habían utilizado desde la Iglesia primitiva. La inferioridad de los textos “modernizados”, es decir, el formulario “Signum magnum” introducido en 1951, fue denunciada por los eruditos litúrgicos tradicionales. El venerable padre John Hunwicke († 2024), por ejemplo, no se anduvo con rodeos al calificarlo de «una composición moderna que describiría como una porción del dogma seguido por un cliché».
La versión “modernizada” carece de la gracia y elegancia de la antigua forma tradicional “Gaudeámus omnes”, sino que recuerda al latín simplista que Pío XII se atrevió a incorporar en su “Nuevo” Salterio de 1945, ampliamente denunciado por los eruditos litúrgicos tradicionales por su latín defectuoso. El Abad Primado cisterciense Matthäus Gregor Quatember Rienesl († 1953), por ejemplo, criticó públicamente a Pío XII por perpetrar esta corrupción en lugar del elegante latín de la Vulgata de San Jerónimo. El abad declaró abiertamente: «¡Pero si eso ni siquiera es latín!».
Los sacerdotes completamente tradicionales rechazan el formulario “modernizado” de “Signum magnum” y se adhieren en cambio al formulario tradicional “Gaudeámus omnes”. Esta y otras corrupciones introducidas en la década de 1950 pretendían “embrutecer” a los fieles para la introducción de la corrompida Nueva Misa Latina de 1962, seguida, de hecho, solo siete años después por la Nueva Misa Protestante-Masónico-Pagana de 1969, completamente falsa (inválida), que sigue siendo la Misa “ordinaria” de la Iglesia Novusordita. Los neoconservadores de la Antiiglesia, que utilizan la corrompida Nueva Misa Latina de 1962, se ven obligados a aceptar el no tradicional y defectuoso “Signum magnum”. Cabe destacar que el denominado Misal de 1962 no es preconciliar ni tradicional. De hecho, es la forma corrompida utilizada en el propio Anticoncilio Vaticano II.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad civil, administrativa, penal y canónica por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración constituyen causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)