Noticia tomada de EL TIEMPO (Colombia).
El padre João José Bezerra, un sacerdote de 42 años conocido por ser el primer sacerdote brasileño en obtener el cinturón negro en jiu-jitsu, está siendo investigado por agredir físicamente a una mujer de 62 años durante un ritual de exorcismo en Brasil.
El incidente tuvo lugar el pasado jueves 7 de agosto en la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolata, ubicada en el municipio de San Manuel, en el interior del estado de San Pablo. Según las autoridades, Bezerra habría golpeado a la víctima mientras realizaba un exorcismo, dejando graves heridas en su cuerpo.
El sacerdote, quien además de su labor religiosa se ha destacado como atleta de jiu-jitsu, fue invitado a oficiar la misa en la mencionada parroquia dentro de una novena a San Miguel Arcángel organizada allí, en la cual se presentó ante los fieles como “exorcista”.
Durante la celebración, la mujer comenzó a manifestar lo que se interpretó como la posesión de un “espíritu maligno” mientras se encontraba tendida en el suelo, “reposando en el Espíritu Santo”, según relataron testigos. Fue en ese momento cuando Bezerra, sin mediar palabra, presuntamente comenzó a agredirla físicamente, según el testimonio de quienes presenciaron la escena.
El relato de la víctima y la intervención de testigos
La mujer, que sufrió severas agresiones, denunció al sacerdote ante la policía. En su declaración, señaló que Bezerra la golpeó con bofetadas, tirones de cabello, patadas y puñetazos. La hermana de la víctima, quien también estaba presente en el acto religioso, contó que fue necesaria la intervención de varios asistentes para frenar la agresión.
Según el informe policial, después de la violencia física, el sacerdote abandonó el lugar sin ofrecer ninguna explicación a los presentes. Los familiares de la mujer entregaron a las autoridades fotografías de las lesiones y un informe médico que confirmó las contusiones sufridas durante el ataque.
Con 17 años de trayectoria sacerdotal (fue ordenado el 10 de enero de 2008) y maestría en Teología, Bezerra desempeña su labor oficial como vicario parroquial en el Santuario de Santa Teresita, en Cerqueira César, una localidad cercana a San Manuel. Además de su vida religiosa, el sacerdote ha sido reconocido en la comunidad por su dedicación al jiu-jitsu (en noviembre de 2023, ganó la cinta negra luego de ocupar el segundo puesto dentro de la categoría Máster 2 del Mundial de Jiu-Jitsu organizado por la Confederación Brasileña de Jiu-Jitsu), logrando incluso un reconocimiento a través de su involucramiento en proyectos sociales en la región. Su vínculo con el deporte ha sido una constante a lo largo de su carrera, y ha sido considerado un modelo de superación y disciplina.
Reacciones de la Iglesia y las autoridades
La Arquidiócesis de Santa Ana de Botucatu, que supervisa la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolata, expresó su rechazo al incidente, calificándolo de “absolutamente incompatible” con la misión de la Iglesia. Como consecuencia, las autoridades eclesiásticas anunciaron la destitución inmediata del sacerdote.
El arzobispo Maurício Grotto de Camargo, quien también se pronunció sobre el caso, ofreció disculpas a la familia afectada, manifestando su solidaridad y compromiso con la reparación de los daños sufridos. Además, confirmó que la Iglesia se hará cargo de los gastos médicos de la víctima y que se ha abierto una investigación interna sobre el comportamiento del sacerdote.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública de San Pablo informó que el caso fue registrado bajo la figura de lesiones personales y fue enviado al Tribunal Penal Especial para su debida investigación. De acuerdo con la información oficial, «El caso fue concluido por la Comisaría Seccional de Botucatu, que recabó las declaraciones del sospechoso y de los testigos, y analizó las imágenes. El incidente fue remitido al Tribunal Penal Especial (Jecrim)», señaló la nota emitida por las autoridades.
El caso continúa siendo investigado, y las autoridades están recopilando todos los elementos necesarios para determinar las responsabilidades penales correspondientes en este grave incidente.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)