Marco Demilano, periodista para el periódico italiano Domani, escribió antier 6 de Septiembre que la primera encíclica de León XIV Riggitano-Prévost tratará sobre los pobres, en plena continuidad con su antecesor (como indicara dos meses atrás el prior general agustino Alejandro Moral Antón). Asimismo, señala los primeros itinerarios de viaje (heredando el viaje a Turquía proyectado por su predecesor).
UNA ENCÍCLICA SOBRE LOS POBRES Y SUS PRIMEROS VIAJES. EL VERDADERO COMIENZO DELPONTIFICADODE LEÓN XIVMarco Damilano6 de septiembre de 2025 • 7:00 a. mEl borrador está terminado, se está revisando y traduciendo. La primera encíclica delPapaLeón XIV se publicará a finales de septiembre. Estará dedicada a la pobreza, o mejor dicho, a los pobres, siguiendo los pasos del predecesor Francisco. El calendario de los primeros viajes delpontificadotambién se está definiendo. Aún no es oficial, pero por ahora incluye Turquía a finales de noviembre, con motivo del 1700 aniversario del Concilio de Nicea, como ya quería elPapaBergoglio, con la adición de una parada en el Líbano, en el corazón de la tragedia de Oriente Medio. En 2026, África en febrero, luego Argentina, Perú y Uruguay en mayo, y en septiembre, Estados Unidos y Haití, uno de los países más pobres del mundo. Las Américas: se declinan en plural [en inglés, donde América en singular designa solamente a Estados Unidos, N. del T.], pero representan un solo continente, el proyecto que une a los dospontíficesque llegaron desde allí a Roma. La unidad de la Iglesia para abrirse a acoger a todos los hombres y mujeres de la tierra. «Todos, todos, todos», decía Francisco. «In illo uno unum», reza el moto de Prévost.Una presencia apacibleAsí, la agenda de León XIV comienza a tomar forma, en el cuarto mes de supontificadoy en vísperas de su septuagésimo cumpleaños (Robert Francis Prévost nació en Chicago el 14 de septiembre de 1955).«Vivimos bien, y los tiempos serán buenos. Somos los tiempos», citó a Agustín a la prensa el 12 de mayo, tras su elección. ElPapaLeón transita estos tiempos como una «presencia apacible», como lo describió Don Stefano Stimamiglio, director de Famiglia Cristiana, en su biografía, Ripartiamo da Cristo (San Pablo).Al leer las noticias vaticanas e italianas, uno podría pensar que estos han sido meses tranquilos y pacíficos, marcados por las visitas a Castel Gandolfo. En realidad, han sido tormentosos, dramáticos, marcados por la impotencia para contener la oleada de maldad. Esto quedó patente el jueves 4 de septiembre, con la autoinvitación al Vaticano del presidente israelí Isaac Herzog, deseoso de erigirse como negociador en lugar del primer ministro Benjamín Netanyáhu. Esta aspiración fracasó, porque la Santa Sede no concedió nada. En una larga e inusual declaración final, Herzog pidió un «alto el fuego permanente», el «pleno respeto del derecho humanitario», la garantía de «un futuro para el pueblo palestino» —cuya existencia el gobierno israelí niega— y la «solución de dos Estados como única salida».Señales de muerteEstos son tiempos difíciles para la Iglesia en la frontera. El bombardeo de la parroquia de Gaza el 17 de julio fue una amenaza directa para quienes permanecieron en Palestina. La masacre olvidada de cristianos en Nigeria, con 200 muertos en Yelwata, dejó 200 muertos. Incluso en el país natal delPapa, Estados Unidos, la violencia ha afectado directamente a la comunidad católica. Primero, la falsa alarma de un hombre armado en la Universidad Católica de Villanueva en Pensilvania el 22 de agosto, mientras se celebraba la misa inaugural del año académico: los estudiantes huyeron, se desató el pánico, las sillas volcaron en el césped y los cancioneros litúrgicos quedaron esparcidos por el suelo.Estos son lugares que Roberto Francisco Prévost conoce bien, pues estudió allí y se graduó en 1977. Cinco días después, la masacre en la Escuela Católica de la Anunciación de Mineápolis, a manos de un exalumno, mató a dos niños. Señales de muerte que el agustino Prevost sabe interpretar.En su Ángelus del 31 de agosto, León XIV habló de una «pandemia de armas, grandes y pequeñas, que infecta nuestro mundo». Esto recibió poca cobertura mediática, como ya había sucedido el 26 de junio cuando, a propósito del rearme, habló de «mercaderes de la muerte», de «la violencia de la guerra que parece desatarse con una vehemencia diabólica nunca vista».Palabras eclipsadasArmas y el diablo. Palabras poderosas, pero eclipsadas, como otras intervenciones que merecieron mayor atención mediática y eclesial. «María, la madre de Jesús, es para nosotros signo y anticipación de la maternidad de Dios. En ella nos convertimos en Iglesia Madre», dijo León el 17 de agosto en el santuario de Santa María de la Rotonda en Albano.En la fiesta de la Asunción, describió a María e Isabel, madre de Juan Bautista, como «mujeres pascuales, apóstoles de la Resurrección». La referencia a la maternidad de Dios y la definición de dos mujeres como apóstoles, en igualdad de condiciones con los hombres, habría suscitado debate en su momento.Como la audiencia del martes pasado con el jesuita estadounidense James Martin, protagonista de América, una influyente revista de los jesuitas estadounidenses, a quien León garantizó la misma apertura que Francisco hacia los creyentes LGBTQ+: el sábado 6 de septiembre, mil personas participarán en la audiencia jubilar delPapay pasarán como peregrinos por la Puerta Santa de San Pedro.Estas acciones son clave para la sinodalidad, el caminar juntos, sello distintivo del nuevopontificado. «ElPapaLeón está luchando por ganarse la confianza de los conservadores», escribió el Times el jueves 4 de septiembre. Pero en la opinión pública italiana, estos gestos rebotan como la semilla de la parábola evangélica del sembrador: destinada a no crecer porque está en tierra árida o ahogada por las zarzas.Algunos sectores eclesiásticos, y sus representantes mediáticos, un pequeño círculo de sitios web y comentaristas, son extremadamente activos en perpetuar la leyenda delpapaconservador, o incluso restaurador. Buscan obsesivamente cualquier indicio de discontinuidad con Francisco, ensalzando la muceta, sus palabras sobre la familia tradicional, su audiencia con Matteo Salvini, o incluso la mención de Cristo. Sueñan con restaurar la figura del pontífice al estatus de centinela de Occidente, el guardián de la identidad tradicional, hasta el punto de reducirlo al líder de la pequeña aldea vaticana. El efecto, paradójicamente, es limitar y volver irrelevante el mensaje universal de paz, la tarea que Jesús encomendó a sus discípulos de todos los tiempos: ser la sal de la tierra, la luz del mundo, el corazón inquieto de la humanidad.Los pobres y los viajesPor esta razón, se espera que la primera encíclica sea el manifiesto programático del pontificado, como lo fue la exhortación delpapaFrancisco, Evangélii Gáudium. La referencia a Francisco se afirmará desde el principio.Escribir una encíclica sobre los pobres significa reafirmar la esencia del mensaje cristiano a nivel teológico: la identidad misionera de la Iglesia. «San Pablo, al hacerse cristiano, se hizo pobre», dijo el entonces Prior General, Padre Prévost, a sus compañeros agustinos en Buenos Aires en 2007. En un mundo de poderosos que se convierten en ídolos vivientes, becerros de oro, este es también un mensaje social y político.Los viajes son la continuación de un viaje. Turquía y Líbano, fronterizos con Siria e Israel, en el Mediterráneo, «una encrucijada de hermandad y no una tumba para los muertos», dijo el jueves 4 de septiembre. África, con la República del Congo, y quizás la Argelia de Agustín. En primavera, Argentina, donde Bergoglio nunca regresó comopapa, Uruguay y Perú, la patria elegida por Prévost (allí fue un joven misionero y posteriormenteobispode Chiclayo).En septiembre, el país de origen, Estados Unidos (si se confirmara el calendario, coincidiría con la campaña electoral para las elecciones intermedias del 3 de noviembre de 2026, campo de pruebas del trumpismo), y Haití, la periferia de los condenados de la tierra.El hilo conductor es la unidad de la Iglesia como signo de la unidad de la humanidad, hoy devastada por las guerras y la demolición sistemática de las instituciones supranacionales. Los primeros viajes de unpapaque se considera misionero, sin fronteras, el primerpapaen la historia de la Iglesia que ha vivido a través de continentes, con una biografía global.Llamados a actuar en un tiempo de transición, como lo hizo Agustín entre los siglos III y IV de la era cristiana, cuando identificó la ciudad de Babilonia como la imagen de la confusión. Es el mismo gran desorden global de hoy, destinado a coexistir con Jerusalén, lo que significa una «visión de paz». Hasta el fin de los tiempos.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)