Tuvo lugar en Astaná (Kazajistán), la archdiócesis de Tomász Bernard Peta y el obispón auxiliar volante de Neoconistán Atanasio Antonio Schneider Trautmann, el VIII Congreso Internacional de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, que contó con la presencia, inter ália, del Gran Rabino israelí de los sefardíes David Yosef Fattal (hermano menor de Isaac e hijo del Abdías que dijo aquel «Los goyim solo existen para servirnos a nosotros [los judíos]. Sin esta función, no tienen razón de ser en este mundo» tan criticado hasta por el Comité Judío Estadounidense y la Liga Antidifamatoria Judía), el Secretario General de la Liga Musulmana Mundial el jeque Mohammad bin Abdulkarim Al-Issa, el patriarca de Moscú Cirilo I Gundiáyev (que en el ecumenismo está igualito a su contraparte fanariota Bartolomé Archondonis), la obispona anglicana Joanne Caladine “Jo” Bailey-Wells (habituée tanto en Astaná como en el Sínodo bergoglio-prévostiano), el presidente de la Asociación Taoísta China Li Guangfu, el sacerdote principal del santuario sintoísta de Komitake Osano Masashi, el presidente de la Fraternidad Mundial Budista Phallop Thaiarry, y el Alto comisionado de las Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones (organizmo salido de las entrañas de Zetapé) Miguel Ángel Moratinos Cuyaubé.
¿Pensasteis que porque hubo cambio de gerente, el Vaticano se iba a quedar por fuera? Negatíve. León XIV Riggitano-Prévost envió como representante suyo al cardenal siromalabar Mar George Koovakad, prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, y dirigió al congreso el siguiente mensaje:
MENSAJE DELPAPALEÓN XIV A LOS PARTICIPANTES DEL VIII CONGRESO DE LÍDERES DE RELIGIONES MUNDIALES Y TRADICUONALES¡Paz, שָׁלוֹם (Shalóm), سَلَام (Salam), Бейбітшілік (Beybitshilik)!Extiendo mi cordial saludo a todos los participantes del VIII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, reunidos en Astaná bajo el lema "Diálogo entre Religiones: Sinergia para el Futuro". En particular, saludo con gratitud a Su Excelencia el Sr. Kassym-Jomart Tokayev, Presidente de la República de Kazajistán. Se han reunido desde todos los rincones del mundo para renovar sus lazos de amistad y forjar otros nuevos, unidos en nuestro deseo común de sanar nuestro mundo fracturado y herido. Este tema es particularmente oportuno y subraya el papel esencial del diálogo interreligioso en una era marcada por conflictos violentos.“Sinergia” significa, sobre todo, trabajar juntos, tanto entre nosotros como con lo Divino. Todo impulso religioso auténtico promueve el diálogo y la cooperación, arraigados en nuestra conciencia innata de la interdependencia que conecta a las personas y las naciones. Desde esta perspectiva, trabajar juntos en armonía no es solo una opción pragmática, sino una reflexión sobre el orden más profundo de la realidad. Refleja la estructura misma de nuestra existencia común como miembros de la única familia humana. En nuestra conciencia más profunda, esta conciencia despierta un profundo sentido de solidaridad: la convicción de que somos responsables los unos de los otros (cf. Juan Pablo II, Sollicitúdo Rei Sociális, 30 de diciembre de 1987, 38). La solidaridad, entonces, es sinergia en acción: la expresión vivida de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos a escala global.Esta colaboración no es un llamado a eliminar las diferencias, sino más bien una invitación a acoger la diversidad como fuente de enriquecimiento mutuo. La Iglesia Católica, por su parte, reconoce y valora todo lo que es «verdadero y santo» en otras religiones (Nostra Ætáte, 28 de octubre de 1965, n. 2). De hecho, busca fomentar una auténtica sinergia reuniendo los dones distintivos de cada tradición en una mesa de encuentro, donde cada fe aporta su sabiduría y compasión únicas al servicio del bien común.En este esfuerzo, “sinergia para el futuro” no es un eslogan abstracto, sino una realidad viva que ya ha dado frutos. La histórica reunión de oración de líderes religiosos en Asís en 1986, convocada por elPapaJuan Pablo II, demostró que no puede haber paz entre las naciones sin paz entre las religiones. Más recientemente, el Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado en Abu Dabi en 2019 por mi venerable predecesor, elPapaFrancisco, y el Gran Imán de al-Azhar, Ahmed El-Tayeb, ofreció un modelo claro de cómo la sinergia religiosa puede promover la paz y la coexistencia globales. Observamos este mismo espíritu en la última reunión de este Congreso en 2022, cuando líderes de diferentes religiones, incluido elPapaFrancisco, se reunieron para condenar la violencia y el extremismo, promover la acogida de refugiados y llamar a todos los líderes a trabajar juntos por la paz. Estos compromisos de alto nivel se reflejan en acciones concretas: cuando ocurren desastres naturales, cuando los refugiados se ven obligados a huir o cuando las familias sufren pobreza extrema y hambre, las comunidades religiosas a menudo se unen y trabajan codo a codo para llevar alivio y esperanza a quienes más lo necesitan.El futuro que imaginamos —un futuro de paz, fraternidad y solidaridad— exige el compromiso de todos. Cuando los líderes religiosos se unen en defensa de los más vulnerables de la sociedad, plantan árboles juntos para cuidar nuestro hogar común o alzan una voz unida en defensa de la dignidad humana, dan testimonio de que la fe une más que divide. De esta manera, la sinergia se convierte en un poderoso signo de esperanza para toda la humanidad, revelando que la religión, fundamentalmente, no es fuente de conflicto, sino de sanación y reconciliación.Con estos sentimientos, estoy seguro de que la labor de este Congreso nos inspirará a esforzarnos incansablemente por la armonía, creando una sinergia para la paz; una sinergia que, como he dicho antes, «es desarmada y desarmante, humilde y perseverante», que siempre busca la caridad y está cerca de los que sufren (Urbi et Orbi, 8 de mayo de 2025). Oremos juntos, sirvamos hombro con hombro y hablemos con una sola voz allí donde la dignidad esté en riesgo. Que Dios Todopoderoso bendiga nuestros esfuerzos y derrame abundantes frutos para el bien de todas las personas.Desde el Vaticano, 14 de septiembre de 2025León PP. XIV
Cuando Prévost habla de Dios, no tiene en mente al Dios Uno y Trino, sino a una entidad tan abstracta como el que es invocado implícitamente en el lema «Ánnuit Cœptis» (Favorece nuestra empresa) que está en el reverso del Gran Sello de su país natal, los Estados Unidos.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)