Plácido Pei Ronggui (裴荣贵 普拉西多) OCSO, obispón clandestino de Luoyang, falleció en China el sábado 6 de Septiembre a la edad de 91 años.
Pei Ronggui se involucró inicialmente en la Legión de María y predicó en la zona de Tianjin. En 1950, fue condenado a 15 años de prisión por “contrarrevolucionario”, condena que cumplió en una prisión de Shijiazhuang. En prisión fue obligado a estudiar la ideología del Partido Comunista. Al salir de la cárcel era detenido por la policía regularmente para ser adoctrinado.
Pei Ronggui se estableció posteriormente en la aldea de Youtong, en su provincia natal de Hebei, pero no fue ordenado sacerdote hasta 1981, cuando tenía 48 años, mucho después de la Revolución Cultural.
Antes de la llegada de Mao al poder, la provincia de Hebei albergaba dos abadías trapenses. La primera, Nuestra Señora de la Consolación, en Yangchiaping (actual Zhangjiakou), fue destruida en 1947 por las milicias comunistas. En la segunda, Nuestra Señora de la Alegría en Chengting (actual Zhengding), los monjes se vieron obligados a huir tras la muerte de 33 de ellos a manos de los comunistas.
Tras varios altibajos, los monjes fueron bien recibidos por Enrico Pascal Valtorta PIME († 1951), primer obispo de Hong Kong, el cual les ayudó a reabrir el monasterio de Nuestra Señora de la Alegría en Thai Shui Hang, en los Nuevos Territorios de Hong Kong (antigua área arrendada por 99 años a los británicos tras el Segunda Convención de Pekín de 1898).
Para evitar ser descubierto, a menudo celebraba sus misas clandestinas a las 2 de la mañana.
El 18 de Abril de 1989, Pei sobrevivió a una violenta redada en su tienda de campaña temporal de la iglesia en Pascua. La incursión fue tan brutal que causó la muerte de dos personas e hirió a más de 300. Treinta y dos personas fueron arrestadas.
El presbítero Pei evadió la captura y continuó su misión clandestina durante meses. Fue arrestado en Septiembre y encarcelado hasta Marzo de 1993. Tras su liberación, sufrió repetidas detenciones de corta duración y una vigilancia constante bajo el escrutinio del Estado.
En 2003, con el consentimiento de la Santa Sede, el obispón Pedro Li Hongye (李宏業 彼得; † 2011) lo “instaló” como su coadjutor para la Diócesis clandestina de Luoyang en la provincia vecina de Henan. Incluso en su vejez y en mala salud, las autoridades locales colocaron a personas en su aldea para vigilarlo. Se retiró en 2011, luego que Li Hongye muriera de un infarto en plena Vigilia Pascual.
En 2016, dijo a Reuters que «no puede haber una Iglesia [estatal] independiente porque eso va en contra de los principios de la Iglesia Católica», agregando que «el gobierno chino tendría que cambiar, o el papa no podrá estar de acuerdo con ellos».
Después de su muerte, fuentes dentro de la comunidad católica clandestina hablaron con AsiaNews sobre el prelado: «Una vez nos dijo: “En China, seguir el camino correcto al creer en Dios y mantener una fe pura inevitablemente conduce a la persecución. Pero incluso si sufrimos un poco para dar testimonio de Dios, todo esto sigue siendo una bendición de Él“».
«El gobierno chino tendría que cambiar, o el papa no podrá estar de acuerdo con ellos».
ResponderEliminarVivió lo suficiente para ver en vivo y a todo color que el gobierno chino no solamente NO cambió, sino que los hombres que él reconoció como “Papas” acabaron estando de acuerdo con el gobierno.