«Por lo demás, es sabido que desde que apareció el Protestantismo, hay dos historias eclesiásticas, la una escrita por los enemigos de la Iglesia Católica, con el rencor de la secta, y la otra escrita por los católicos; y según que uno estudia la una con preferencia a la otra, así suele formarse su sistema de ideas sobre los hechos y las causas que los han producido. Yo, que las he estudiado ambas, he sacado en consecuencia, que desde la Reforma acá principalmente, ha habido una conspiración permanente contra la verdad de la historia. Sin embargo, no crea Vd. que yo tengo la pretensión insensata de santificar la conducta de todos los Papas; pero sí la de que, respecto de no pocos, el espíritu de partido ha desfigurado la verdad. Nosotros estamos palpando este fenómeno en otro orden de cosas. Desgraciadamente nuestra España está dividida en partidos políticos que se hacen una guerra a muerte: si se escribiese hoy la historia de los treinta años últimos por dos hombres de talento que militasen en partidos opuestos, ¡cuán diferentes no serian las dos historias! ¡Qué juicios tan contradictorios sobre los acontecimientos, y las causas que los prepararon, y los sujetos que figuraron en ellos en primera línea! La historia es una pobre desvalida, a quien las pasiones dan no pocas veces tormento para hacerla decir lo que se quiera. En nuestro caso, la historia, con tormento y sin él, no pronuncia una palabra articulada que diga que el poder temporal de los Papas es contrario al Evangelio, como debiera hacerlo para responder a mi pregunta, sino que se contenta con presentar hechos mudos, que se interpretan de diversas maneras: Vd. les hace decir que las persecuciones que han sufrido algunos Papas en los mil años, son una declaración terminante de que el poder temporal ha sido la causa de esas perturbaciones en la Iglesia; y yo digo que la causa han sido las pasiones y el estado social del mundo en la Edad Media; y añado que, sin ese poder temporal de los Papas, la Europa hubiera vuelto a la barbarie, como está hoy el África. Este es mi juicio: Vd. juzgará de otra manera, y ambos nos quedaremos con nuestras convicciones sobre la materia» (Card. MIGUEL GARCÍA CUESTA, Arzobispo de Santiago de Compostela. Carta 7.ª del 20 de Diciembre de 1865 a Práxedes Mariano Mateo-Sagasta y Escolar, editor del periódico progresista La Iberia). 
 
 
 
 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad civil, administrativa, penal y canónica por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración constituyen causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)